Opinión

La repulsiva Ley de Memoria Democrática

Esos comunistas de hoy que están eufóricos al haber descubierto que el guapo Sánchez, después de su actuación en el Estado de la Nación, ya no disimula su voluntad de convertirse en su líder

  • El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Cualquier persona con un mínimo de sensibilidad democrática que empieza a leer el Proyecto de Ley de Memoria Democrática siente, ya desde el primer párrafo, que se encuentra ante una maniobra totalitaria. Porque sus autores pretenden con esta Ley, nada más y nada menos, que apoderarse de la memoria y de los sentimientos de los ciudadanos. Y eso, apoderarse de la manera de pensar de las personas es una de las características que marcaron y marcan al totalitarismo comunista, el más sanguinario de todos los que ha sufrido al Humanidad. Sin contar, además, con el afán de dividir y enfrentar a los españoles con acontecimientos que ocurrieron hace más de ochenta y cinco años

         Son tantas las manifestaciones de ese espíritu totalitario que su comentario no cabe en un artículo de opinión como éste. Pero quienes quieran enterarse con algún detalle de las barbaridades que encierra la Ley pueden acceder al Boletín Oficial de las Cortes Generales donde pueden leer las sustanciosas y bien documentadas enmiendas a la totalidad que presentaron los Grupos Parlamentarios del PP y de Vox.

         Aquí les propongo leer unos cuantos párrafos contenidos en la Declaración del Partido Comunista de España, “Por la reconciliación nacional, por una solución democrática y pacífica del problema español”, que su Comité Central, presidido por la Pasionaria y con Santiago Carrillo de secretario general, hizo pública, nada menos que  en junio de 1956.

“En el campo republicano son más numerosas e influyentes las opiniones de los que estiman que hay que enterrar los odios y rencores de la guerra civil, porque el ánimo de desquite no es un sentimiento constructivo”.

“Un estado de espíritu favorable a la reconciliación nacional de los españoles, va ganando a las fuerzas político-sociales que lucharon en campos adversos durante la guerra civil”.

-“Esta orientación ha sido una constante de nuestra política de unión nacional. Se encuentra en nuestro manifiesto de septiembre de 1942, donde proclamábamos: «la reconquista de España para la libertad y la democracia no puede ser obra de un partido o una clase, sino el resultado de la conjugación de esfuerzos de todos los grupos políticos nacionales, desde los católicos hasta los comunistas.»

“Posteriormente, en la clandestinidad y la emigración, no hemos cesado de preconizar la unión nacional de los españoles, de insistir en la necesidad de cerrar el foso abierto por la guerra civil entre unos y otros, de encontrar un terreno común para impulsar el desarrollo nacional y elevar el bienestar de los españoles”.

“Hoy, la idea de una solución pacífica de los problemas políticos, económicos y sociales de España, sobre la base del entendimiento entre las fuerzas de izquierda y de derecha, ha ganado mucho terreno, aunque todavía queden serios obstáculos que vencer”.

“En la presente situación, y al acercarse el XX aniversario del comienzo de la guerra civil, el Partido Comunista de España declara solemnemente estar dispuesto a contribuir sin reservas a la reconciliación nacional de los españoles, a terminar con la división abierta por la guerra civil y mantenida por el general Franco”.

“Fuera de la reconciliación nacional no hay más camino que el de la violencia; violencia para defender lo actual que se derrumba; violencia para responder a la brutalidad de los que, sabiéndose condenados, recurren a ella para mantener su dominación”.

“Existe en todas las capas sociales de nuestro país el deseo de terminar con la artificiosa división de los españoles en «rojos» y «nacionales», para sentirse ciudadanos de España"

“Crece en España una nueva generación que no vivió la guerra civil, que no comparte los odios y las pasiones de quienes en ella participamos. Y no podemos, sin incurrir en tremenda responsabilidad ante España y ante el futuro, hacer pesar sobre esta generación las consecuencias de hechos en los que no tomó parte”.

“Existe en todas las capas sociales de nuestro país el deseo de terminar con la artificiosa división de los españoles en «rojos» y «nacionales», para sentirse ciudadanos de España, respetados en sus derechos, garantizados en su vida y libertad, aportando al acervo nacional su esfuerzo y sus conocimientos”.

“El Partido Comunista de España, al aproximarse el aniversario del 18 de julio, llama a todos los españoles, desde los monárquicos, democristianos y liberales, hasta los republicanos, nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, cenetistas y socialistas a proclamar, como un objetivo común a todos, la reconciliación nacional”.

         Esto es lo que, en 1956, preconizaba el Partido Comunista de España, cuyos dirigentes habían vivido en primera línea la Guerra Civil y que entonces estaban en la clandestinidad. Para que ahora, 66 años después, unos niñatos privilegiados, como los son los Sánchez, Bolaños, Calviño o Ribera, que han nacido y se han criado en el régimen más profundamente democrático que ha habido nunca en España, vengan a cargarse, con una Ley siniestra, ese espíritu de reconciliación que inspiró nuestra Constitución de 1978, con la que, de manera ejemplar, se enterraron todos los odios que estos siniestros sanchistas, unidos a los no menos siniestros etarras y separatistas, quieren resucitar.

“¿A dónde vas tú, Carrillo, con la reconciliación?, coge la hoz y el martillo y haz ya la revolución”, cantaban los maoístas durante el franquismo

         Los que de verdad fuimos antifranquistas cuando vivía Franco, recordamos cómo, en alguna asamblea de facultad de los años sesenta, los prochinos y otros militantes a la izquierda del PC cantaban, con ritmo de seguidilla, aquello de “¿A dónde vas tú, Carrillo, con la reconciliación?, coge la hoz y el martillo y haz ya la revolución” Pues lo que no hizo Carrillo entonces es lo que ahora van a hacer estos señoritos pijos: cargarse la reconciliación y el abrazo fraternal de todos los españoles.

         Recordar en estos momentos lo que los comunistas proclamaban entonces creo que es otra buena forma de descalificar a los comunistas de hoy. Unos comunistas de hoy que están eufóricos al haber descubierto que el guapo Sánchez, después de su actuación en el Estado de la Nación, ya no disimula su voluntad de convertirse en su líder y arrastrar a lo que queda del PSOE por la senda de ese “socialismo del siglo XXI”, que es el eufemismo con el que los nuevos comunistas intentan disimular su raigambre totalitaria y liberticida.

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