Opinión

Los olvidados del 23-J

Los invisibles de esta campaña electoral han sido los que diariamente se suicidan en este país o las mujeres asesinadas a manos de sus parejas –la última en el cierre de campaña el viernes en Humilladero-. Son 29 asesinadas en lo que

  • Papeletas y gente votando -

Los invisibles de esta campaña electoral han sido los que diariamente se suicidan en este país o las mujeres asesinadas a manos de sus parejas –la última en el cierre de campaña el viernes en Humilladero-. Son 29 asesinadas en lo que va de año, como también invisibles son los niños que volverán al colegio en setiembre y serán acosados sin que se haya planteado en el Congreso una ley para regular una situación que, según datos oficiales tanto del Ministerio de Educación como de las comunidades autónomas, no deja de crecer. Invisibles también, aunque seamos el país de Europa dónde más antidepresivos y ansiolíticos consumimos, quienes padecen situaciones de depresión o inestabilidad emocional...

Aquí nos preocupamos de lo que interesa en función de lo que ofrece más rédito político, por lo que, a juzgar por el tiempo destinado al tema de la salud mental en campaña, tanto en la del 28-M como en el 23-J, ha sido nulo. La salud mental es el pilar sobre el que debe construirse una mejor sociedad, léase sin acoso escolar o sexual, sin depresión, estrés o ansiedad que te imposibilite en tu día a día para trabajar, y un sinfín de espacios vitales que no se han abordado en los debates electorales.

Habrá que resignarse a que en este país no se aborden temas trascendentales, vitales, que votemos a golpe de Falcon o de la foto con el narcotraficante

Nos han preocupado asuntos como que podamos votar fresquitos, que las mesas electorales se constituyan en los colegios con todas las garantías que no va a sufrir nadie un golpe de calor. Razonable, natural, imprescindible. Pero estos aspectos de los centros escolares parece que a la administración no le preocupa tanto cuando los niños van diariamente a la escuela y los padres tienen que negociar a brazo partido que se coloque un maldito ventilador en las aulas. Habrá que resignarse a que en este país no se aborden temas trascendentales, vitales, que votemos a golpe de Falcon o de la foto con el narcotraficante.

Para mi sorpresa no es cuestión sólo de los partidos de dimensión nacional, también de los catalanes que, en el debate de TV3, cuando la periodista Ariadna Oltra quiso poner en la mesa de debate el tema de la salud mental, todos los partidos, los candidatos no dedicaron apenas 30 segundos a proponer soluciones. Desde el vete al médico que le propinó un diputado del PP a Ínigo Errejón –luego se disculpó- cuando por primera vez en democracia llevó al Congreso el tema de la salud mental, reconociendo también públicamente que ha ido al psicólogo –parece que eso aún en España sea producto de estar loco- diría yo que poco o nada hemos avanzado. Es un tema invisible. Sólo sirve de muleta para aportar algún dato en algún momento, pero poco más.

Parece que no somos conscientes de que, si la salud mental en este país fuera como una moto, los índices de criminalidad disminuirían al igual que lo harían los indicadores de consumo de fármacos o los suicidios. Sí, me resulto hasta cansina poniendo siempre el tema encima de la mesa, pero me produce repugnancia pasar de puntillas por los temas que a todos nos afectan, que sacuden a todos los estamentos de la sociedad.

Seguimos con la hipocresía esta de escuchar a Gabriel Rufián proponiendo que entre en el sistema público un psicólogo mientras su partido, ERC, que está al frente del Gobierno en Cataluña, apenas hace algo por este asunto. Hipocresía absoluta. Depende de su partido, de Pere Aragonès, el instituir la figura del psicólogo en la la red pública, pero claro, tiene un gran coste económico. Dicho sea de paso, también que es el primer presidente de la Generalitat que dedicó su primer acto como presidente al tema de la salud mental no a Waterloo.

Nuestra actualidad mediática se llena de titulares sobre la independencia en Cataluña, las listas electorales con miembros de ETA, o el Falcon del presidente y otros asuntos que, indudablmente deben tener mucho impacto en la opinión pública

Con este calendario electoral tan apretado, hay un gran puñado de leyes que se quedaron en el tintero. Por ejemplo, la vergüenza de la dedicada a atender por ejemplo a los enfermos de ELA, que la presidenta del Congreso no ha tenido a bien incluir en las sesiones pese a haber recibido el respaldo de todos los grupos parlamentarios. Nuestra actualidad mediática se llena de titulares sobre la independencia en Cataluña, las listas electorales con miembros de ETA, o el Falcon del presidente y otros asuntos que, indudablemente deben tener mucho impacto en la opinión pública. De nuevo, está claro que en este 23-J hay víctimas que han sido invisibles. Los olvidados de siempre.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli