Emiliano García Page ha sido la única voz con autoridad dentro del PSOE que se ha alzado para cuestionar el acuerdo entre Pedro Sánchez y ERC. Muy lejos ha quedado el frente que los barones territoriales formaron para frenar la misma mayoría que más de tres años después va a hacer presidente al líder de los socialistas.
Sánchez derrotó a los barones en las primarias. Y su control del PSOE es total. El partido ha navegado en muchas aguas durante los últimos años, incluido su apoyo al 155 en Cataluña. Pero desde la moción de censura se ha acercado cada vez más a Podemos y el PSC ha impuesto sus tesis sobre Cataluña.
Pero ni Adriana Lastra, ni José Luis Ábalos, ni Ander Gil, ni Odón Elorza, ni Santos Cerdán, ni nadie de su núcleo duro van a cuestionar los acuerdos alcanzados por el partido. Hay más críticas a esos pactos en la propia hemeroteca de Sánchez, que ha llegado a decir una cosa y la contraria sobre sus socios de investidura en apenas meses.
Silencio de Vara, Lambán o Díaz
El hecho de que dirigentes como Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán o Susana Díaz hayan aceptado sin más el Gobierno de coalición con Podemos y después los acuerdos con PNV y Esquerra resulta sorprendente. Lo que Alfredo Pérez Rubalcaba bautizó como el Gobierno Frankenstein motivó una revuelta en el PSOE que acabó con la destitución de Sánchez y la abstención de los socialistas para dejar gobernar a Mariano Rajoy.
"No veo preocupante el acuerdo (con ERC)", dice un exdirigente de los más críticos con Sánchez en el pasado. "Sólo se crea una mesa de diálogo. Es una declaración de buenas intenciones políticas que no puede sobrepasar los límites que marca nuestra Constitución".
Nada queda de aquel PSOE crítico, salvo los nombres de algunos protagonistas del caótico otoño del 2016. Dicen los que mejor conocen a los barones que muchos no comparten ni el acuerdo con Podemos ni los pactos con separatistas y nacionalistas. Pero que hace ya tiempo que optaron por enfriar sus críticas al jefe del Ejecutivo. "Lo único que conseguimos fue victimizarlo, y no queremos volver a hacerlo", aseguran.
Sólo el presidente de Castilla-La Mancha ha cuestionado la negociación de Sánchez desde las elecciones del 10-N. Y antes. García Page fue uno de los pocos barones que cerró un acuerdo global con Ciudadanos después de las municipales. Una excepción a la regla de pactos con Podemos y formaciones nacionalistas, independentistas o regionalistas.
Reproche de García Page
El presidente castellano manchego ha reprochado a Sánchez que "no se pueden hacer consultar de territorios por separado". "Si se establece una relación de bilateralidad debe hacerse con todas las comunidades", ha dicho.
El barón socialista ya ha avisado en varias ocasiones al presidente del Gobierno en funciones de que no estaba de acuerdo con la línea que estaba siguiendo en sus negociaciones con ERC. Y a través de un comunicado oficial ha pedido que la bilateralidad sea con todas las comunidades autónomas, no solo con Cataluña, y "siempre desde la constancia de que el Gobierno de España representa al conjunto del país".
También el presidente de Aragón hizo alguna crítica esporádica en el arranque del diálogo con ERC. Pero Lambán plegó velas después de una conversación telefónica con Sánchez. Y no ha querido meterse en más líos de los estrictamente necesarios.
Nadie más ha dicho una palabra por encima de otra. Más bien, al contrario. Los intentos de la líder de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, por atacar los acuerdos de Sánchez por la vía de los barones han resultado infructuosos. De hecho, Vara, Díaz o Lambán han salido a defender al presidente en contra de Arrimadas.
"En vez de llamar tanto, que vote a favor de la investidura de Sánchez y asunto resuelto", dijo Vara.
El papel del PSC
Es el mejor síntoma de la nula contestación interna con la que Sánchez ha afrontado la negociación de su investidura. Un ejemplo ha sido la reunión de su Comisión Ejecutiva Federal este viernes. Un órgano en el que sólo están representados los afines -algunos caídos en desgracia- que acompañaron a Sánchez en su victoria ante Díaz en las primarias del 2017.
Es el nuevo PSOE que surgió de las primarias. Y que encabezará el primer Gobierno nacional de coalición de la historia democrática de España. Lo hará junto a Podemos, y los apoyos clave de PNV y ERC.
El PSC ha jugado un papel muy destacado en esta negociación. El peso de Miquel Iceta en los acuerdos con el separatismo ha sido clave. Y el PSOE ha terminado asumiendo tesis como la plurinacionalidad, el pacto fiscal para Cataluña y ese supuesto referéndum que negociará con la Generalitat, y cuyo encaje legal es todavía una incógnita. Una reivindicación que también es de Podemos.