Médicos de España, Irlanda, Grecia y Portugal se han unido para enviar una carta abierta a los responsables políticos y autoridades sanitarias europeas en la que solicitan que se actúe de "inmediato" para minimizar los efectos de la crisis y movilicen hacia el bien común el "extraordinario potencial de la inteligencia, el conocimiento y la innovación de las sociedades actuales, en lugar de socavar la capacidad del sistema sanitario, para evolucionar, transformarse, funcionar mejor, estar más centrado en el ciudadano y responder a los retos actuales y futuros".
En la misiva los profesionales exponen que "los principios políticos europeos aprobados oficialmente exigen que todas las políticas públicas tengan en cuenta su impacto en la salud y que se estudien y se consideren seriamente opciones alternativas que minimicen los efectos negativos en la salud" y aseguran que, por desgracia, "esto no está ocurriendo en Grecia, Irlanda, Portugal y España".
Desde estos países lo que pretenden hacer es un llamamiento de toma de conciencia ante los efectos sobre la salud que están teniendo las decisiones financieras y económicas adoptadas en los últimos años. Los griegos están dominados por la 'troika', que impone sus condiciones al gobierno heleno; en Irlanda los ciudadanos han experimentado una subida de impuestos, una bajada del salario mínimo interprofesional y una reducción de sus pensiones. Algo parecido ha ocurrido en Portugal, donde se están realizando ajustes, eliminando pagas extras y reduciendo los salarios. Y en España también hemos experimentado una subida de impuestos y estamos viendo cómo se intenta privatizar la gestión de algunos hospitales.
Hay un "deterioro de los sistemas de salud, la emigración de los más cualificados entre los jóvenes y desempleo de larga duración
La carta ha sido firmada en cada uno de estos países por siete responsables sanitarios, entre ellos, los presidentes de las organizaciones médicas. Y va dirigida a José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea; Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo; Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo; y una serie de autoridades sanitarias, entre ellas, Tonio Borg, comisario de Sanidad y Consumo de la UE.
En el escrito ponen de manifiesto que, desde 2008 "muchos países europeos han experimentado una crisis financiera, económica y social de creciente intensidad y consecuencias sociales y sanitarias de gran alcance". Creen además que "se está privando a los servicios públicos de los fondos necesarios para funcionar adecuadamente, a la vez que aumentan las necesidades sanitarias de la comunidad".
Como consecuencia de todo esto mantienen que hay un "deterioro de los sistemas de salud, la emigración de los más cualificados entre los jóvenes, el desempleo de larga duración y unas menores tasas de fertilidad", lo que probablemente, según los firmantes, tendrá consecuencias a largo plazo.
Estiman estos profesionales de la sanidad que una de las consecuencias más notables de no haber previsto el posible impacto sobre la salud de muchas de las decisiones económicas que se han tomado es "la falta de sistemas adecuados de control para estos efectos negativos de las crisis socioeconómicas y la ausencia de una respuesta eficaz y oportuna a estos efectos adversos, tanto a nivel local como nacional e internacional", lo que califican como "lamentable".
Por todo ello los firmantes de la carta abierta hacen un llamamiento a las autoridades sanitarias internacionales y nacionales para que asuman "los principios con los que ellos mismos se han comprometido, defendiendo la protección y la promoción de la salud dentro de la gobernanta europea y nacional" y para que "la toma de conciencia de los efectos sobre la salud de las decisiones financieras y económicas adoptadas en los últimos años se materialice en una rápida revisión de las decisiones, con el fin de prevenir urgentemente un mayor deterioro de la salud y de los servicios sanitarios en nuestras comunidades".
