El Barcelona encajó su primera derrota de la temporada ante un París Saint-Germain que se aferró a la victoria con goles de David Luiz, Verratti y Matuidi. Messi y Neymar marcaron para los azulgranas, pero esta vez la sociedad que forman el argentino y el brasileño no fue suficiente. Ter Stegen, titular en lugar de Bravo, dejó muchas dudas y Xavi superó los 142 partidos de Raúl en Champions.

Dos derrotas en el Real Madrid son sinónimo de inestabilidad. En el club reconocen que basta con eso para que en los despachos afloren las caras largas y se busquen culpables y soluciones. Todo está en discusión cuando el equipo pierde y varios son los señalados. La visita del Basilea al Bernabéu en el estreno de la Liga de Campeones (20:45 horas, La 1) es un peligro para todos ellos, empezando por el entrenador y terminando por el presidente.

Otra vez Schwanzerberg. Otra vez el último minuto, o casi, el 93, privó al Atlético de ganar la Champions. Otra vez el Atlético se vio campeón de Europa, se sintió el rey del mundo y otra vez se le escurrió de los dedos en el tiempo añadido, en el suspiro final.

Schwarzenberg también era central. Uno más tosco que Sergio Ramos, sí, pero también central. Y si hace 40 años, en Bruselas, fue el alemán del Bayern de Múnich el que destrozó los corazones de los atléticos, esta vez fue un sevillano quien, en Lisboa, igualó el 0-1 de Godín y condenó al Atlético a una prórroga en la que acabó goleado (4-1). El Real Madrid ya tiene su décima Copa de Europa, a costa de la primera del Atlético, con quien el fútbol volvió a ser muy cruel.