Con la llegada del mes de diciembre, entramos en una de las etapas más frías del año incluso antes de que sea oficialmente invierno, donde los meses de diciembre y enero (a veces incluso febrero) son habituales temperaturas muy bajas que hacen que, incluso en nuestra casa, tengamos frío y tengamos que tirar de calefacción para no pasar frío.
Lo más típico en la mayoría de hogares de nuestro país es tener un número variado de radiadores para calentar la casa: en las habitaciones y el salón no suelen faltar, y en muchos baños o cocinas también suele haber alguno de estos aparatos. El problema surge cuando hacemos algunas cosas que no deberíamos con estos radiadores, que nos hacen gastar más energía y que así se encarezca la factura.
No cubras los radiadores
Seguro que más de una vez lo has hecho: se te acumula un poco de ropa lavada y mojada o, en su defecto, todavía está algo húmeda, y decides colocarla un rato sobre el radiador para que se seque lo antes posible. Pues deja de hacerlo; cubrir los radiadores con ropa o incluso con elementos decorativos conlleva que la calefacción tenga que hacer un mayor esfuerzo para ofrecer la temperatura a la que se ha configurado.
Esto es algo a tener en cuenta, ya que un mayor esfuerzo traerá consigo un mayor consumo de energía y, por consiguiente, un gasto económico mayor. Por lo tanto, no cubrir los radiadores con nada, además de poner bien a punto los radiadores, comprobar la caldera o revisar el termostato, son algunos de los consejos más valiosos para ahorrarte unos 'eurillos' en tus facturas.