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Llevo dos meses viviendo en un pueblo de 10 personas y...

Un trabajador demuestra que hay vida más allá de las ciudades

  • Imagen de una pequeña aldea -

Los asfixiantes precios de alquiler en las grandes ciudades, la poca oferta de vivienda y el estrés diario, hace que muchas personas opten por huir de las grandes urbes y prefieran marcharse a pueblos muy pequeños donde se respira tranquilidad y el ritmo de vida es más sosegado. Así, es el caso de un usuario de la red, quien trabaja en uno de los capitales de provincia más deshabitadas de España (no lo desvela), y cuenta que irse a un pueblo de 10 habitantes ha sido "la mejor decisión que ha tomado en años". 

El usuario cuenta que llegó el pasado mayo por trabajo a esta ciudad y que estuvo compartiendo piso unos meses: "Llegué en mayo y compartí piso durante unos meses porque el encontrar un piso a precio normal era imposible. Hablamos de que a lo mejor había 3-4 pisos de una o dos habitaciones disponibles y eran o muy caros o duraban horas". 

La casa de su jefe a 12 minutos en coche del trabajo

Así, este trabajador cuenta que su jefe, que dejó la empresa, le ofrecía vivir en la que era su casa y le puso en contacto con la casera.

"Mi jefe dejó la empresa y como veía que no encontraba piso me ofreció hablar con su casera para quedarme yo su alquiler. Hablamos de una casa de construcción nueva de casi 200m2, con 3 habitaciones, garaje, terraza de 15m2 orientada al sur, chimenea... Y a 12 minutos en coche del trabajo"

El usuario de la red cuenta sorprendido cómo era la casa que le ofrecieron y cómo quedó en "shock" al ver lo que iba a pagar de alquiler. "El alquiler era más barato que cualquier piso que había en alquiler en la ciudad. Con los gastos incluidos sale más barata que solo el alquiler de muchos pisos, y me supone alrededor de un 25-30% de mi salario actual", comenta con gran sorpresa. 

Así es vivir en esta pequeña aldea

Dormir sin escuchar nada, la amabilidad de los pocos vecinos que viven allí y tener la naturaleza a pocos pasos, son cosas que celebra este trabajador de vivir ese pequeño pueblo. "El poder dormir sin escuchar absolutamente NADA, que los 9-10 vecinos que viven aquí sean majísimos y se ofrezcan a ayudarte con cualquier cosa (son todo gente mayor), andar 100 metros y estar en plena naturaleza". 

Y por último, uno de los mayores miedos que tiene ahora mismo este trabajador es tener que volver algún día de nuevo a trabajar a la gran ciudad. "Lo que más miedo me da es que voy a estar aquí un año y pasaré a un puesto superior". "Como me toque ir a una gran ciudad después de esto me muero". 

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