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Los críticos con Sánchez no tiran la toalla tras la caída de Lobato: “Paciencia, tiempo al tiempo”

Creen que la “falsa unanimidad” que exhibe el PSOE en su 41 Congreso este fin de semana no frena el tremendo deterioro judicial del Gobierno

  • Pedro Sánchez y Juan Lobato. -

La caída del hasta ahora líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, puede acabar siendo un cisne negro, uno de esos acontecimientos inesperados que cambian el curso de un paìs o, como en éste caso, de un partido. Los socialistas estaban listos para afrontar este fin de semana en Sevilla un 41 Congreso Federal plácido, sin contestación alguna, al menos pùblica, a Pedro Sánchez, pero se ha tornado en pesadilla por las duras acusaciones de corrupción del empresario Víctor de Aldama contra toda la actual cúpula socialista, empezando por el secretario de Organización, Santos Cerdán -asegura que cobró una mordida de 15.000 euros- y por la situación penal en que se encuentran quien fuera antecesor de Cerdán en la Secretaría de organización del partido, el ex ministro José Luis Ábalos, y la esposa del presidente, Begoña Gómez.

Por si fuera poco, éste viernes La Sexta emitió imágenes de Aldama en el interior de la sede del PSOE la noche de la victoria de Sánchez en la repetición de elecciones generales el 10 de noviembre de 2019, invitado por la Dirección Socialista; algo que la portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, negó hace días. Y, a modo de guinda del pastel congresual, las revelaciones del dimitido Lobato éste viernes ante el Tribunal Supremo contra La Moncloa amenazan ser la puntilla. Lobato, que durante meses se ha caracterizado por "amagar y no dar", por poner una vela al sanchismo y otra al sector crítico, reconoce aVozpópuli de uno de los más destacados exponentes de éste último, se ha convertido en algo peor que un dolor de cabeza para Sánchez.

Cuatro relevos de liderazgo complicados

Todo este panorama judicial y de escándalos políticos, señala otra fuente socialista crítica que también ha acudido a la cita Sevilla, les lleva a la conclusión de que la "falsa unanimidad" de esta especie de convención a la americana -1.080 delegados y 2.000 invitados- con mucho aplauso y poco debate ideológico, tendrá escaso efecto en la opinión pública si las acusaciones de Víctor de Aldama y la actuación de Lobato sacan a la luz posibles delitos.

Eso, sin contar que cuatro importantes federaciones del PSOE llegan a Sevilla con la renovación pendiente y conflictiva de sus liderazgos. Más allá del deseo de todas las partes de no armar "más ruido del que ya hay" en el exterior por la situación penal de muchos de los protagonistas de este 41 Congreso Federal, lo cierto es que se avecina conflicto en tres de ellas: Castilla y León, donde Sánchez ya ha dado señales de que quiere sustituir a un Luis Tudanca que no se va a dejar -se presentará a la reelección-; Aragón, donde buena parte de la federación capitaneada por Javier Lambán rechaza el desembarco de la ministra Pilar Alegría como su sucesora; Andalucía, donde la creciente oposición a Juan Espadas empieza a ser un problema acuciante; y Madrid, donde todavía no está claro que el ungido por Sánchez, el ministro para la Transición Digital, Óscar López, pueda ser finalmente el sucesor de Juan Lobato.

La revelación del ex líder socialista madrileño ante el Tribunal Supremo supone que Sánchez Acera habría orquestado desde La Moncloa, bien por iniciativa propia o siguiendo órdenes, un delito de revelación de secretos "de manual"; veremos si también el denunciante Lobato ha cometido el mismo y otro de obstrución a la a justicia por haberlo mantenido oculto ocho meses; concretamente hasta que acudió al notario el 22 de noviembre para tratar de blindarse penalmente.

El ex líder del PSM señala a Pilar Sánchez Acera, mano derecha de López desde que era Director de gabinete en la Presidencia del Gobierno, por ser quien le filtró ilegalmente a las 8.30 de la mañana del 13 de marzo un correo reservado dirigido a la Fiscalía por el abogado del imputado por dos delitos fiscales Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, para que Lobato lo usara políticamente contra la presidenta madrileña en la sesión de control parlamentario de la Asamblea a partir de las 9.00, cuando todavía ningún medio de comunicación había reproducido el documento. El primero fue El Plural, a quien la mano derecha de López en La Moncloa se lo habría filtrado después de intercambiar esos whatsapp con Lobato.

Según todas las fuentes judiciales consultadas por este periódico, la sola revelación del ex líder socialista madrileño éste viernes ante el magistrado instructor del Supremo Ángel Hurtado supone que Sánchez Acera habría orquestado desde La Moncloa, bien por iniciativa propia o siguiendo órdenes superiores, un delito de revelación de secretos "de manual" y veremos si, finalmente, también el denunciante Lobato ha cometido el mismo y otro de obstrución a la a justicia por haberlo mantenido oculto ocho meses; concretamente hasta que acudió al notario el 22 de noviembre para tratar de blindarse penalmente.

Lo acontecido hasta momento ya es en sí mismo una bomba de espoleta retardada colocada en el corazón del actual poder socialista, en el núcleo más cercano a Pedro Sánchez, porque ahora el instructor de la causa contra el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, tras obtener el acta notarial aportada por Lobato y volcar desde el móvil de éste los whasapp que intercambió con Pilar Sánchez Acera, la llamará y lo más probable es que acabe imputada.

El problema para Pedro Sánchez ya no es siquiera que pueda írsele al traste la operación de desembarco de López en el liderazgo del PSM, si acaso es llamado a declarar y a desvelar sus comunicaciones con su subordinada Sánchez Acera; el problema es que quedaría probado judicialmente que los delitos para atacar a Ayuso procedía de despachos contiguos a los del presidente del Gobierno en La Moncloa. Ahí es nada.

El problema a esta hora para Pedro Sánchez no es siquiera que pueda írsele al traste la operación de desembarco de López en el liderazgo del PSM, si acaso el ministro es llamado a declarar ante el juez y a desvelar sus comunicaciones con su subordinada Sánchez Acera cuando ambos estaban en Presidencia; el problema es que quedaría probado judicialmente que los delitos para atacar a Ayuso procedían de despachos contiguos a los del presidente del Gobierno en La Moncloa. Ahí es nada.

Después de un fiscal general imputado ante el Tribunal Supremo -imagen inédita en medio siglo de democracia- un eventual desfile por los tribunales de asesores del hoy ministro de Transición Digital, de él mismo y de cualesquiera otros que estuviesen en la filtración de los correos del abogado del novio de Ayuso puede ser políticamente indigerible para los socios del Gobierno de coalición PSOE/Sumar en vísperas de una complicada negociación del Presupuesto 2025; Desde Junts per Catalunya y el PNV hasta Podemos.

Así se entiende que en círculos del PSM se esté buscando con urgencia una alternativa a la operación López, por lo que pueda pasar en los tribunales durante las próximas semanas. No es que los socialistas madrileños no estén acostumbrados desde hace décadas a líderes puestos y defenestrados a dedo desde Ferraz, sino que, en esta ocasión, el caído Lobato, que conserva su acta de diputado en la Asamblea de Madrid, ha dejado a modo de herencia política una bomba de relojería en los bajos de La Moncloa y en Ferraz.

Page, junto al 'barón' aragonés Javier Lambán, Tudanca y el ahora dimitido líder madrileño, las cuatro cabezas más visibles de ese sector crítico, salió este viernes en defensa de Lobato por negarse presuntamente a delinquir, como le habría propuso Sánchez Acera: "La militancia en un partido lleva a compartir objetivo, doctrina, argumentos, obliga a guardar lealtad a objetivos políticos pero ninguna militancia obliga a ser cómplice".

Su dimisión, este miércoles, se acogió con frialdad por aquello de que "la confianza cuesta recuperarla", que le dijo el delegado del Gobierno, el muy sanchista Fran Martín, otro de los nombres que llevaba meses sonando antes de la irrupción de Óscar López en las quinielas; pero, conforme han ido pasando las horas tras la marcha de Lobato, empiezan a oírse voces críticas que lamentan la marcha de alguien que, aún tímidamente, se había atrevido a enfrentarse al oficialismo en asunto como el rechazo generalizado de la opinión pública a la Ley de Amnistía o a la concesión a Cataluña de un régimen fiscal diferenciado similar al cupo Vasco y navarro.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, junto al aragonés Javier Lambán, Tudanca y el ahora dimitido líder madrileño, las cuatro cabezas más visibles de ese sector crítico, salió este viernes en defensa de Lobato por negarse a delinquir, como aparentemente, le propuso Sánchez Acera: "La militancia en un partido lleva a compartir objetivo, doctrina, argumentos, obliga a guardar lealtad a objetivos políticos pero ninguna militancia obliga a ser cómplice". Casi a la misma hora, Lamban colgó este tuit: "Lobato es una persona decente. es además un buen político, ha sido un excelente portavoz socialista en la Asamblea de Madrid y un militante sin tacha del PSOE. Ha tenido siempre mi respeto y después del reciente affaire -que debe hacernos reflexionar-, sigue teniéndolo".

Tudanca: "Gente como Lobato es necesaria"

Ya el mismo miércoles, Tudanca había colgado en la red social X un mensaje afectuoso hacia su compañero de fatigas madrileño que había dimitido una hora antes: "Hoy, alto y claro, diré que Juan Lobato ha tenido y tiene mi respeto político y mi aprecio personal. Ha trabajado duro contra la derecha más extrema que se recuerda. Muchas veces solo. Otros contra todos. Nadie es imprescindible pero, donde sea, gente como él es necesaria".

Fuentes de los críticos socialistas que este fin de semana en el 41 Congreso Federal tampoco van a emerger señalan a Vozpópuli que su caída no supone contratiempo alguno porque "Lobato no lideraba nada" ni hay ninguna operavión contra el liderazgo del presidente del Gobierno, pero sí ha logrado romper esa imagen de unanimidad "un tanto impostada" que no refleja el actual estado de ánimo en las filas del PSOE "sobre todo a raíz de las denuncias de corrupción hechas por Víctor de Aldama. "Paciencia, tiempo al tiempo", señala a Vozpópuli una fuente cualificada de ese sector.

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