Economía

Irlanda regula por primera vez las propinas de los empleados de la hostelería

Los negocios tampoco podrán incluir en la cuenta un extra como "servicio incluido" a menos que éste reciba el mismo tratamiento que la propina, según la nueva ley

  • Un camarero atiende una terraza.

El Parlamento irlandés aprobó este jueves una nueva ley encaminada a proteger las propinas de los trabajadores de la hostelería, de manera que estas se distribuyan de manera justa a las plantillas de bares, restaurantes u hoteles. La llamada Ley de Pago de Salarios impulsada por el Gobierno de Dublín, de coalición entre centristas, democristiano y verdes, también está encaminada a evitar que los empleadores usen las gratificaciones como un complemento para los salarios más bajos.

En este sentido, los negocios tampoco podrán incluir en la cuenta un extra como "servicio incluido" a menos que éste reciba el mismo tratamiento que la propina o gratificación aportada por el cliente. Asimismo, la nueva legislación, que regula por primera vez este área de la hostelería en Irlanda, otorga a los trabajadores el derecho a recibir propinas a través de pagos electrónicos, un dinero que debe después distribuirse de manera "justa, transparente y equitativa".

Para ello, los establecimientos deberán exponer claramente y a la vista del cliente qué tipo de pagos están incluidos en las facturas y cómo se reparten las gratificaciones entre las plantillas. En general, los clientes en Irlanda suelen dejar en los restaurantes propinas de entre el 10 y el 20 %.

El viceprimer ministro irlandés y titular de Empresa, Comercio y Empleo, Leo Varadkar, ha recordado que la mayoría de los negocios en este país "cuidan bastante bien" a sus trabajadores, pero destacó que esta ley "acabará con las malas prácticas" que afectan al sector. "También significa que las propinas recibidas no pueden usarse como parte del salario básico", agregó el dirigente democristiano, quien efectuará una evaluación sobre su funcionamiento al cabo de una año.

Con esta medida, el Gobierno confía en que la hostelería y el turismo en general acelerará el ritmo de recuperación experimentado desde el fin de las restricciones por la pandemia, cuyo principal obstáculo es la falta de trabajadores. Los bajos salarios y el hecho de que la tasa de paro es de apenas el 5% en Irlanda, cerca del pleno empleo, ha empujado a muchos trabajadores hacia otros sectores de la economía.

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