El Royal Bank of Scotland ha emitido un detallado informe sobre el separatismo catalán en el que advierte de que el mercado ha minusvalorado los riesgos del proceso independentista. “Se repite a menudo que Cataluña, al contrario que Escocia, no es un problema, pues se ve al Gobierno central sin voluntad de negociar. Sin embargo, no estamos de acuerdo. En comparación a lo que podríamos acabar viendo en Cataluña, la transición de Escocia hacia la independencia habría sido mucho más suave y controlada. Con una victoria separatista, Cataluña entraría en un terreno completamente desconocido y la prima que exigirían los inversores a los activos españoles se incrementaría sustancialmente”, concluye el documento elaborado por el analista Marco Brancolini y titulado ‘El Toro y el Burro’, en una referencia a los animales que simbolizan estos territorios.
Es más, en opinión de la entidad, una oportunidad como ésta para forzar la independencia sólo aparece “una vez en una generación”. El banco sito en Escocia destaca que el sentimiento separatista ha sido alimentado por la crisis y que el antagonismo podría ir remitiendo conforme la economía se repara. De modo que los independentistas tienen que intentar aprovecharlo ahora o nunca. El informe incluso resalta que el liderazgo catalanista tiene muchos intereses en el proceso secesionista: de no conseguir un Estado propio, el president Mas tendría que dimitir y la nueva CDC bien podría reorientarse hacia sus líneas más tradicionales y lejos de nuevas campañas por la independencia.
Aunque las encuestas sugieren que las urnas no brindarán un porcentaje suficiente de votos, el análisis considera que la celebración de La Diada y la línea dura del Gobierno de Mariano Rajoy bien podrían reforzar el sentimiento a favor de la independencia. “El referéndum escocés era también considerado algo intrascendente por los mercados al ver que los unionistas aparecían mucho mejor en los sondeos. Pero a dos semanas del plebiscito se conoció la primera encuesta que mostraba una ventaja para los separatistas escoceses, sorprendiendo a todos”, explican.
El documento subraya que en un primer momento el origen del conflicto se hallaba en unas demandas de mayores ingresos fiscales como respuesta a la austeridad. Sin embargo, a lo largo de los últimos tres años la escalada del debate ha hecho que las posturas de los catalanes evolucionen hacia una naturaleza mucho más ideológica, lo que dificultará el acuerdo. “El precedente de Eslovaquia muestra que las regiones están dispuestas a soportar dolor económico a corto plazo con tal de reafirmar su identidad nacional, aun cuando la seguridad de sus ciudadanos no está en juego”, comentan.
El precedente de Eslovaquia muestra que las regiones están dispuestas a soportar dolor económico a corto plazo con tal de reafirmar su identidad nacional, sostiene la entidad escocesa
En la nota de doce páginas también se preguntan si la confrontación interesa a los líderes catalanes. Y contestan que curiosamente el govern decidió convocar las elecciones en la peor fecha posible para extraer concesiones del Gobierno central, con unas elecciones generales de por medio. “El calendario puede muy bien haber sido elegido para generar intransigencia en Madrid, lo que movería a la opinión pública catalana hacia la causa separatista”, sostienen.
A juicio de RBS, el resto de ciudadanos españoles quiere por lo general una posición incluso más dura con los secesionistas. Si en las generales ganase una coalición formada por PP y Ciudadanos, su actitud hacia los nacionalistas sería firme. No obstante, la opinión de las formaciones de izquierda se pone en entredicho: “Podemos ha manifestado que los ciudadanos pueden decidir sobre todo, incluso el derecho de autodeterminación. Aunque dicho esto, la mayoría de los observadores sienten que la cúpula se ha mostrado muy reacia a tomar una postura clara sobre el asunto”, apuntan. Y de los socialistas se afirma que también se encuentran en una situación muy complicada porque dependen en gran medida del PSC. Y aunque estuviesen dispuestos a brindar concesiones, el resto de barones regionales del partido se resistiría a cualquier acuerdo, máxime cuando implicaría para esas otras Comunidades una significativa pérdida de recursos al otorgar a Cataluña un estatus fiscal similar al del País Vasco.
Fruto de esta elevada inestabilidad política, en Royal Bank of Scotland creen que va a descender la prima de riesgo italiana y que va a encarecerse la española, así que recomiendan apostar contra la deuda hispana poniéndose corto en bonos del Reino de España y largo en títulos transalpinos. Los expertos del banco explican que han estado adoptando esta estrategia desde diciembre con buenos resultados y opinan que todavía presenta cierto potencial.
De hecho, observan que la banca española también ha estado deshaciendo posiciones en la deuda pública nacional. Si bien reconocen que al mismo tiempo estas entidades han estado compensándolo adquiriendo deuda corporativa patria. A su entender, tan pronto se monte un revuelo informativo mayor, los foráneos podrían buscar la salida y trasladarse hacia otros países de un perfil similar pero un riesgo político menor.