Mariano Rajoy será, finalmente, quien decida en breve si el Gobierno renueva a los tres consejeros de la CNMC con el mandato vencido o si deja esta responsabilidad al Gabinete que salga tras las elecciones del 20 de diciembre. La mayoría de las opiniones recogidas en el PP y en el equipo económico apuntan a que el presidente no moverá ficha y dejará al polémico Eduardo García Matilla, a Diego Rodríguez y a María Ortiz que sigan en sus puestos hasta la próxima legislatura, sobre todo teniendo en cuenta que el PSOE ya ha hecho llegar a La Moncloa un aviso contundente: si el ministro Luis de Guindos nombra ahora a tres nuevos consejeros, los socialistas procederán a su impugnación en caso de ganar las legislativas.
El PSOE avisa de que impugnará los nombramientos si se realizan antes de las elecciones
Dicha impugnación tendría efectos inmediatos sobre los recién elegidos en el supuesto de que éstos no hubieran pasado por la preceptiva audiencia parlamentaria. Los plazos son muy estrechos teniendo en cuenta que el Parlamento se disuelve la semana que viene, en cuanto el Congreso apruebe de forma definitiva los Presupuestos estatales de 2016. Quedaría como posibilidad que las comparecencias de los nuevos consejeros se hicieran en la Diputación Permanente, pero los grupos parlamentarios consultados lo descartan porque este órgano no tiene las mismas competencias con las Cortes disueltas que durante el periodo ordinario de sesiones.
Al margen de lo que ocurra con los tres consejeros citados, el Gobierno que salga de las urnas tendrá que respetar el mandato de cuatro años más que les queda a los cinco restantes: Josep María Guinart, Benigno Valdés, Clotilde de la Higuera, Fernando Torremocha e Idoia Zenarruzabeitia. También el del presidente, José María Marín, y el de la vicepresidenta, María Fernández, a los que restan todavía seis años más.
Los socialistas están divididos sobre la oportunidad de introducir sus antenas en la CNMC
Las dudas del Gobierno sobre qué hacer con los tres consejeros cuyo mandato ha vencido coinciden con la división que hay en el PSOE sobre la oportunidad de introducir o no sus antenas en el organismo. La mayoría de sus actuales dirigentes son contrarios a ello, pues quedaría en entredicho el discurso de Pedro Sánchez sobre la necesidad de que los reguladores sean independientes y dejen de estar contaminados por la política. Antes de que Alfredo Pérez Rubalcaba dejara la secretaría general, se barajaron varias opciones, hasta el punto de que el exministro Valeriano Gómez estuvo a punto de ser nombrado consejero de la CNMC, junto al exdiputado del PP y expresidente de Aragón Santiago Lanzuela. Finalmente, la operación fue abortada por el propio Rubalcaba cuando, en plena cresta del ‘caso Bárcenas’, rompió públicamente relaciones con el Gobierno y frenó en seco toda la negociación que Gómez había mantenido con Luis de Guindos.
