La anunciada Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuya creación está prevista para antes de julio, no convence a Luis de Guindos, pese a que el nuevo organismo estará adscrito de forma orgánica a su departamento.
Aunque Guindos ha defendido en público las bondades de la iniciativa, en el Ministerio de Economía y Competitividad, se pregunte a quien se pregunte, la respuesta es siempre la misma: “Es un proyecto de Soraya” [Sáenz de Santamaría], dicen.
La vicepresidencia del Gobierno ha liderado desde el principio el plan, que consistirá en la absorción, entre otros reguladores, de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), la Comisión Nacional de la Energía (CNE) y la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), y en la devolución de algunas de sus competencias al Ejecutivo.
Fuentes de Moncloa explican que la vicepresidencia ha elaborado un nuevo texto refundido, incorporando las aportaciones que ha considerado oportunas, incluyendo las de los informes encargados a los distintos organismos afectados.
La semana pasada, el presidente, Mariano Rajoy, se mostró abierto en el Congreso a analizar los cambios que desde diferentes ámbitos se han planteado al anteproyecto inicial. Una de las críticas más recurrentes es la relacionada con el tamaño del futuro organismo, que dejará en manos de sólo nueve consejeros (nombrados directamente por el Gobierno) un amplísimo abanico de materias. "No hay interés en hacerlo tan pequeño como para que sea inoperante", explican fuentes del Ejecutivo.
El tiempo apremia, porque tanto Rajoy como el propio Gobierno, en el programa nacional de reformas remitido a finales del mes pasado a Bruselas, se han comprometido a tener lista la reforma en el primer semestre de este año.
El anteproyecto todavía no ha sido remitido por el Consejo de Ministros al Consejo de Estado, confirman en Moncloa. Aun así, se aprobará "en plazo", aseguran.
La cuestión del macrorregulador podría ser una de las materias a tratar en la entrevista que mantendrán en Moncloa esta tarde Rajoy y el líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuyo partido ha criticado el plan del Gobierno.
El anteproyecto ha despertado recelos en muchos ámbitos. Consultado por este diario, uno de los mayores expertos en materia de competencia en España, que pide el anonimato, considera que la idea inicial el Ejecutivo “es buena”, porque puede servir para ahorrar costes, evitar duplicidades y lograr una mayor coordinación. Pero, tal y como está planteado, señala, es “muy difícil” que llegue a buen término. “Yo lo haría despacito”, concluye.
También ha habido críticas, obviamente, desde los propios organismos reguladores, que se ven abocados a la extinción. La más mesurada ha sido la CNC, que en su informe pidió "un proceso de gestación más meditado y transparente", dado que la reforma "plantea no pocos interrogantes sobre cuál sería el diseño de modelo más adecuado". Su crítica fue de menor calado que la expresada en sendos informes por la CNE y la CMT.
La reforma agrupará, además de a la CNC, la CNE y la CMT, a la Comisión Nacional de Servicios Postales (CNSP), que fue la única que, en su informe, dio en parte su visto bueno al anteproyecto en el voto particular de dos consejeros (ambos nombrados por el PP). La CNMC también absorberá otros tres organismos creados en 2011 pero que no han entrado aún en funcionamiento: el Comité de Regulación Ferroviaria (CRF), la Comisión de Regulación Aeroportuaria (CRA) y el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA).