Economía

Dejar caer a Grecia arrastraría a Portugal y a todos los grandes bancos de la eurozona

 

Predecir el “día antes” de la salida de Grecia es imposible. Pero los bancos han comenzado a calcular ya el “día después”. El BCE calcula que necesitaría una inyección de hasta 800.000 millones de euros. La gran banca coincide en que la caída de Grecia arrastraría a todo el sistema financiero de la eurozona. 

El Banco Central Europeo ha comenzado a trabajar con los escenarios de lo que bautiza como “planes de contingencia” en caso de que Grecia deje el euro. También los bancos han comenzado a dibujar escenarios que están remitiendo a Frankfurt de lo que han bautizado como “Grexit” (el acrónimo de una hipotética “Greece Exit” o salida de Grecia). Tanto el Banco Central como los bancos privados coinciden en su diagnóstico: la salida de Grecia arrastraría a Portugal de manera inmediata y a todos los bancos de la eurozona a medio plazo.


Contagio soberano: Portugal sería el primero en sufrir un “efecto contagio”. Según los datos del Banco de Basilea (BIS) Grecia dejaría de pagar las deudas que tiene en euros y dejaría impagos en sus principales acreedores. El resultado sería un efecto dominó puesto que sus principales impagos serían a los países más expuestos. Un país intervenido como Portugal perdería un 3,75% de sus activos bancarios, mientras que Irlanda sería el séptimo país más perjudicado. 

Para España, el contagio soberano no sería directo –es uno de los países con menos crédito bancario a Grecia de la eurozona—sino indirecto. Cuando los países emiten deuda, deben asegurarla mediante los llamados CDS (Credit Default Swaps) el coste de asegurar la deuda española que en la actualidad es del 0,2% podría –según los cálculos de Bloomberg—quintuplicarse hasta igualar a los de Portugal (de más del 1%). Eso haría que España pagara un recargo importante en los mercados cada vez que quisiera pedir prestado y haría más difícil de financiar la deuda pública del Estado.

La banca privada del Santander (BANIF) da por seguro que “los mercados de deuda se cerrarían aún más para los países periféricos”. 

Fuga de capitales: El único cálculo oficial es el que ha elaborado el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según dos de sus investigadores (Leaven y Valencia, Systemic Banking Crisis: A New Database, 2008) los fondos retirados en el peor mes de los pánicos bancarios ya vividos suelen equivaler un 11% de las reservas del país. Eso significa que Grecia viviría una retirada de fondos de 20.000 millones de euros sólo en su primer mes fuera de la divisa común. La fuga total de capitales es difícil de calcular, pero el FMI estima que un 32% de los fondos del país han dejado ya la banca griega y que el 60% de los fondos son hasta cierto punto “prisioneros” porque su retirada conlleva una penalización.

La fuga de capitales en Grecia sería sólo la primera. Citibank calcula que otros países de la eurozona vivirían ese pánico bancario y que los ahorradores de otras naciones se llevarían sus depósitos fuera de la zona euro. Según los cálculos de Citi, entre 91.000 y 340.000 millones de euros dejarían los bancos europeos. La fuga de capitales en España –estima el banco estadounidense—podría ser de hasta el 14% de sus ahorros o el equivalente a 130.000 millones de euros en el peor escenario.




Inyección de liquidez del BCE: Para evitar esa fuga y para garantizar la solvencia de la banca, el BCE debería inyectar nuevos fondos en el sistema. El Banco Central sigue trabajando en ese escenario de pesadilla, pero ha filtrado ya una primera estimación: 800.000 millones serían necesarios para devolver bombeo a la banca. La cuantía es de tal calibre que supone el equivalente a una vez y media lo que ha inyectado a todas las entidades financieras desde que comenzó la crisis. 

El efecto dominó entre los bancos: La salida de Grecia del euro supondría, además, una devaluación de su divisa y, por tanto, la imposibilidad de saldar sus deudas. El impacto sobre sus acreedores sería mayor que el que ya han sufrido cuando aceptaron renegociar a la baja sus créditos pendientes de cobro. Entonces perdieron un 25% de los créditos pendientes. Ahora podrían perder entre un 10 y un 15% de fondos más. Eso supondría un contundente golpe para la banca de la zona euro.

En cifras, la banca europea tiene 20.000 millones de euros en activos en Grecia y otros inversores otros 15.000 millones más lo que supondría nuevas pérdidas milmillonarias.

 

El efecto sobre la banca española también sería inmediato. Según sus propios balances, el Santander es la segunda entidad acreedora de Grecia (sólo superada por BNPParibas) mientras que el BBVA es la decimotercera. La devaluación de un futuro drachma obligaría a dejar en el aire pagos o, en el mejor de los casos, a estirar los plazos de cobro. El resultado sería el de tensionar todavía más la caja de la gran banca española.

Santander responde ante esa posibilidad minimizando el impacto de la caída de Grecia y responde en sus informes que “tiene diversificada su presencia en 10 mercados core, con un mix optimo entre economías emergentes y desarrolladas”.


Protección de ahorros: Si Grecia abandona el euro, los fondos que garantizan los ahorros de los clientes se quedan pequeños ante un pánico bancario. En la actualidad, todos los países de la eurozona tienen un Fondo de Garantía de Depósitos sincronizado que cubre hasta 100.000 euros por ahorrador en cada entidad.

La creación de un Fondo de Garantía de Depósitos Paneuropeo que cubra todas las entidades de la Unión ha sido ya propuesta por Italia y está siendo estudiado por el Parlamento Europeo. Las estimaciones internas en que se ha basado la Comisión corresponden a un informe fechado en mayo de 2012 (Schoemaker and Gross, A European Deposit Insurance and Resolution Fund, 2012) que asegura que los bancos deberían elevan un 1,5% más sus provisiones para dotar ese fondo. El resultado, sería el de forzar a la banca a una nueva contribución de 107.000 millones de euros durante la próxima década. 

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