La posibilidad de que el fondo de rescate europeo compre deuda soberana ha emergido en la cumbre del G-20, donde varios dirigentes han mostrado su preocupación por países que, como España e Italia, están pagando altos intereses, afirma la agencia Efe, que cita fuentes del Grupo de los Veinte.
Este martes, el Tesoro ha colocado deuda a corto plazo (letras a 12 y 18 meses) a un interés superior al 5%, el más alto desde la creación del euro hace diez años, lo que ha llamado la atención de los jefes de Estado y de Gobierno de las potencias reunidas en Los Cabos (México). "No es aceptable que países que están haciendo esfuerzos como Italia, enderezando sus cuentas públicas, tengan que pagar intereses del 7%. Lo mismo para España", ha declarado a la prensa el presidente francés, François Hollande.
Hasta ahora, la posibilidad de que el fondo de rescate, bien a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), compre deuda de países europeos había estado apartada del debate ante la negativa de Alemania. Sin embargo, Gobierno alemán ha abierto la puerta este lunes a la posibilidad de la compra de bonos con fondos europeos "o instrumentos de deuda publica bajo determinadas condiciones".
En Los Cabos "no se han discutido medidas concretas" ni Alemania ha suscrito un compromiso formal para acceder a esta vía. No obstante, el interés del G-20 por abordar este tema es evidente, a la luz del comunicado final que suscribirán los jefes de Estado y de Gobierno. El texto, según un borrador al que ha tenido acceso Efe, destaca la importancia de que "una mayor integración fiscal y económica nos conduzca a (disfrutar de) unos costes de financiación más sostenibles".
Medios financieros han informado de que el primer ministro italiano, Mario Monti, ha aprovechado el debate en el plenario del G-20 para plantear que el fondo de rescate, dotado con 440.000 millones de euros, compre bonos de países periféricos, pero no ha logrado un compromiso de Angela Merkel. No obstante, ha servido para generar un debate que ha continuado tras la subasta de letras del Tesoro español, donde se ha pagado un interés que algunos analistas califican como insostenible a largo plazo.