18 de noviembre de 2013. Ese día, Mario Draghi expuso a presidentes y consejeros delegados de la banca española las primeras directrices de las pruebas que soportarán 128 entidades europeas de cara a la unión bancaria europea. 26 de marzo de 2014. De nuevo, el presidente del BCE ha citado a los bancos españoles para una nueva reunión informativa. Sin embargo, a diferencia de hace cuatro meses, la cumbre de la próxima semana desvelará la metodología definitiva que utilizará el Banco Central Europeo en su ejercicio de revisión de los activos de la banca europea, el conocido como ‘Asset Quality Review’ (AQR, en inglés), la prueba previa a los test de estrés.
Entre ambos encuentros, los 128 mayores bancos europeos, que quedarán bajo la supervisión única del BCE, han enviado propuestas a sus respectivos supervisores nacionales con el objetivo de añadirlas al borrador inicial elaborado por la institución con sede en Francfort. Las conclusiones de todo ese flujo de sugerencias se desvelarán en apenas una semana.
El BCE ha convocado a la banca europea a través de una carta enviada a los consejeros delegados de cada una de las entidades. En la misiva, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, la institución solicita a los bancos que estén presentes en ese encuentro los directores financieros y de riesgos de las 128 entidades que serán sometidas a examen para explicarles las normas definitiva de la prueba. Por el contrario, las posibles quitas que sufrirán las carteras de deuda pública, una de las mayores preocupaciones para la banca española, no se conocerán hasta abril.
El pasado 23 de noviembre, el BCE anunció que la evaluación consistirá en tres elementos. Primero, una revisión cualitativa y cuantitativa de los riesgos, incluyendo liquidez, endeudamiento y financiación. Fase que ya se ha completado. En segundo lugar, una revisión de la calidad de los activos para asegurar la transparencia de la exposición de los bancos a la calidad de sus activos. Esto incluirá la valoración adecuada no sólo del activo en sí, sino del colateral y las provisiones relativas (se incluyen los préstamos morosos, los refinanciados y la exposición a la deuda soberana). Por último, un test de estrés para examinar la resistencia de los balances bancarios a unos escenarios de estrés.
Nueva tasación del ladrillo
Uno de los elementos clave del AQR será la revisión de los colaterales y las garantías que respaldan a los activos de riesgo, con especial atención en el caso de los activos inmobiliarios. El BCE explica que una parte importante de esas garantías debe tener valoraciones con una antigüedad inferior a un año. Este mandato obligará a los bancos españoles a reevaluar su exposición al sector inmobiliario, según informa Reuters, que cita varias fuentes conocedoras de la situación.
Hasta ahora, los bancos se han resistido a un nueva valoración, argumentando que las estimaciones anteriores podrían actualizarse ante el temor a un costoso y prolongado reajuste que pudiera desembocar en nuevas provisiones adicionales a las ya asumidas en los últimos años.
Sin embargo, las fuentes consultadas señalan que los reguladores del BCE han rechazado tales argumentos y reclaman una revisión actualizada de las carteras inmobiliarias. "Un aspecto clave del AQR en el área de la valoración de colaterales es contar con valoraciones independientes un tercero y no se aceptan valoraciones anteriores a enero de 2013", indicó el BCE, que declinó comentar la situación específica de España.
Postura española
Desde el sector se apunta que los bancos españoles esperaban que el BCE les permitiera limitar las nuevas valoraciones a propiedades utilizadas como colateral y a viviendas objeto de una ejecución hipotecaria con el fin de reducir costes y tiempo. En este sentido, el Banco de España habría defendido en sus comunicaciones con el BCE que debería permitirse a los bancos apoyarse en gran parte en las valoraciones realizadas en 2012 en el marco de los test de estrés realizados en colaboración con Oliver Wyman, que revelaron un 'agujero' de 60.000 millones de euros en el sector, y que serían actualizadas.
Sin embargo, el BCE ha solicitado nuevas valoraciones sobre los activos inmobiliarios que no hayan sido objetivo de una tasación independiente en 2013, aunque las fuentes consultadas no precisaron la proporción de activos que se verían afectados. "Si seguimos la metología, tendrá que haber nuevas valoraciones y se necesitará un grupo de trabajo que proporcione nuevas valoraciones externas", indicó una de las fuentes. Por su parte, un portavoz del Banco de España declinó realizar comentarios sobre si se había discutido la cuestión con el BCE, aunque señaló que "el manual del BCE está ahí y debe seguirse".
En este sentido, representantes del sector bancario expresaron su confianza en que no habrá sorpresas graves, tanto del AQR como de las valoraciones, ya que "la mayoría de las carteras están bien cubiertas con provisiones". "Con todo lo que se ha transferido a la Sareb y revisado en los últimos 12 meses existen muchas referencias frescas para cada ciudad y tipo de activos", señaló otra fuente.
El AQR someterá a revisión un total de activos ponderados por riesgo, aquellos que sirven de referencia para el cálculo de los niveles de solvencia, por valor de 3,72 billones de euros, equivalentes al 58% del total de toda la banca europea. Y estima que en el ejercicio se revisarán una media de 1.250 carteras de crédito por cada entidad. En total, 160.000 carteras a nivel europeo.