El nuevo Plan de Infraestructuras que presentará mañana el Gobierno en el Congreso de los Diputados reflejará unas cifras de inversión sensiblemente inferiores a las que se han registrado durante los últimos años. Ocultos por el largo plazo del plan (doce años) y por las áreas que quedan englobadas en él (transporte y vivienda además de las propias infraestructuras), los números apuntan a que la inversión en estos años será inferior al 1% del PIB, en línea con los principales socios europeos.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, presentará un plan caracterizado por la reducción de la inversión en infraestructuras. Aunque apenas han trascendido detalles sobre el mismo, el sector da por hecho que las cifras del entorno de los 220.000 millones de euros que se dieron en principio quedarán sensiblemente recortadas.
En realidad, el Gobierno español hará un ejercicio de convergencia con los socios europeos de su entorno, pero a la baja. De este modo, las cifras anuales de inversión en infraestructuras de antaño, que se situaban entre el 2,5% y el 3% del PIB, pasarán a la historia. En su lugar, el Ejecutivo pasará a realizar inversiones en el entorno de entre el 0,6% y el 0,7% del PIB, lo que dejaría la cifra definitiva claramente por debajo de los 10.000 millones de euros.
Toda una nimiedad en relación con los presupuestos que se manejaban anteriormente, cuando los diferentes ministros del ramo se jactaban incluso de que la inversión de España en infraestructuras duplicaba e incluso triplicaba, en términos relativos, la que llevaba a cabo gobiernos como el francés, el alemán o el británico.
Cifras acumuladas
“No eran cifras sostenibles, sobre todo si se compara con la de los países de nuestro entorno. Además, hay muchas cosas que ya están hechas y no pueden volver a hacerse de nuevo. Si se une al factor de la crisis, el resultado sólo puede ser uno”, señala un consultor del sector.
Eso sí, este recorte quedará probablemente escondido tras grandes cifras. Porque uno de los aspectos que más ha llamado la atención del sector es la longevidad del Plan, ni más ni menos que hasta 2024, lo que hace que algunos aspectos del mismo se diluyan de forma notable.
A esta circunstancia también contribuirá el hecho de que el plan también incluirá los capítulos referidos a transporte y vivienda.
No obstante, poco ha trascendido del plan en tanto en cuanto el Ministerio de Fomento no ha sido especialmente activo en el capítulo de consultas a los actores del sector. Es más, incluso el secretismo se ha mantenido dentro de la estructura del propio Partido Popular, en el que los detalles del documento que presentará mañana Pastor eran un secreto al alcance de muy pocos.