En España los salarios públicos son un 25% más altos que los privados. En el conjunto de la zona euro, la brecha es del 8%. Nuestro país destaca por este diferencial, especialmente en los empleos que requieren menos nivel de formación.
Así lo refleja el Banco de España en un trabajo reciente, donde hace un análisis sobre la brecha salarial público-privada en la zona del euro una década después de la crisis de la deuda soberana. En el caso de España, prácticamente no ha habido cambios.
Según el citado informe, la brecha entre los salarios públicos y privados en 2021 se ubicó en el 25% en nuestro país, sólo por detrás de la de Luxemburgo (32%). Es una diferencia significativamente superior a la de Italia (16%), Alemania (1%) y Francia (-2%).
Se tiende a pensar que los salarios públicos son más altos que los privados porque en el primer sector hay un mayor porcentaje de trabajadores con estudios superiores, que desempeñan ocupaciones más cualificadas, y que cuentan en mayor medida con jornadas a tiempo completo y con más antigüedad.
Sin embargo, el estudio del Banco de España refleja que entre aquellos trabajadores menos cualificados, la brecha es todavía más acusada. Los empleados públicos sin estudios superiores ganan un 29% más que los que tienen la misma formación pero trabajan en el sector privado.
El Banco de España destaca que en España se redujo la brecha entre aquellos con educación terciaria o superior entre 2010 y 2014 hasta el 23%, un nivel en el que se mantiene ahora al haberse adoptado medidas específicas para los trabajadores más cualificados durante el episodio de consolidación fiscal.
En aquellos años también se redujo la brecha salarial (con sueldos más altos en el sector público que en el privado) entre los trabajadores menos cualificados, pero este descenso se ha revertido en el periodo más reciente y ahora se superan ligeramente los niveles de 2008, según el Banco de España.
El gasto en sueldos públicos ha crecido en los últimos años hasta el entorno de los 160.000 millones por dos motivos: el aumento de las plantillas, que según la encuesta de población activa del INE roza ya los 3,6 millones de ocupados, y la subidas salariales por la inflación (9,8% en tres años).