La expansión de la economía española que se inició hace dos años se mantendrá en 2016, según las previsiones de Deutsche Bank, si bien con cifras algo más bajas que en 2015 ante la pérdida de fuelle de alguno de los factores que más ha impulsado al consumo en los últimos meses (debilidad del euro, inicio del programa de compra de deuda del BCE, el anticipo a julio de las rebajas fiscales, etc). "Con unas cifras previstas de crecimiento del 2,8% en 2016, seguiremos viendo cifras de crecimiento sensiblemente más altas que las de nuestros homólogos europeos", explicó Rosa Duce, economista jefe del banco durante la presentación de perspectivas de la entidad.
La debilidad del euro, el impulso del crédito, la menor presión fiscal y la caída del precio del crudo permitirán un incremento del 1,6% del PIB en Europa, según Deutsche Bank.
En cuanto a la incertidumbre política tras las elecciones del pasado 20 de diciembre, Duce se muestra optimista al considerar que "incluso en un escenario de nuevas elecciones, no esperamos subidas de la prima de riesgo significativas, y en todo caso, serán temporales, con lo que no se pondrá en peligro la actual recuperación". Este buen comportamiento de la economía española se enmarca en una previsión de crecimiento de la economía europea del 1,6% para este año. "La debilidad del euro, el impulso del crédito, la menor presión fiscal (plan Juncker) y la bajada del precio del petróleo apoyarán el crecimiento doméstico", señaló Duce.
"El año 2016 va a llevar aparejado mucha incertidumbre política”, según Duce. “Países importantes como España o Irlanda han celebrado o van a celebrar comicios, lo que se traducirá en mayor inestabilidad política y económica. Portugal, por su parte, acaba de formar Gobierno y habrá que ver cuál es la evolución en los próximos meses”. El foco político para 2016 también se centrará en Reino Unido. "En septiembre se prevé que se produzca el referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea y el resultado que salga de las urnas puede generar volatilidad en el seno del continente europeo".
En este escenario de crecimiento, la inflación también va a cobrar un papel protagonista en los próximos meses. Para Rosa Duce, "la caída en las expectativas de crecimiento del precio de los bienes y servicios puede llevar al BCE a ampliar las actuales medidas de expansión monetaria durante 2016. El objetivo del 2% de inflación sigue intacto y Draghi seguirá poniendo en marcha los estímulos necesarios para alcanzarlo".
EEUU, donde se inicia un ciclo alcista de tipos por parte de la FED, crecerá un 2,1% apoyado principalmente en el consumo doméstico.
Estados Unidos
Respecto a Estados Unidos, en la entidad alemana creen que la economía norteamericana crecerá un 2,1% este año, apoyada en los buenos datos de consumo interno. Según Duce, "EEUU mantendrá un buen nivel de crecimiento, pero la economía americana va a sufrir los efectos de la subida del dólar, la menor demanda externa y la reducción de inversión del sector energético".
De acuerdo con las previsiones de la entidad, la FED va a tener un papel importante durante 2016. "Esperamos una subida gradual de tipos de interés por parte de la Reserva Federal durante este año", detalla Duce. "No obstante, debemos tener en cuenta que existen factores como los bajos niveles de inflación o las elecciones presidenciales del mes de noviembre que pueden limitar las subidas en la segunda parte del ejercicio".
Emergentes: debilidad en el crecimiento
En el caso de los emergentes, el bajo ritmo de las exportaciones de estos países repercutirá en unas tasas de crecimiento más débiles. "Históricamente, un crecimiento del PIB en EEUU y Europa por encima del 2% venía acompañado de un incremento de la actividad exportadora de la zona asiática superior al 9% anual", explica Rosa Duce. "Este año, sin embargo, existen varios factores que van a limitar esas exportaciones. Factores como la mayor calidad de los productos chinos, que les permite convertirse en claros competidores a nivel mundial, y la madurez alcanzada en el ciclo de los productos electrónicos, de los que muchos de estos países son productores, limitan esta capacidad exportadora, sobre todo en Asia. Por otra parte, los bajos precios de las materias primas seguirán impactando sobre los países exportadores de estos bienes".
China afronta un año 2016 con el reto de consolidar un nuevo modelo de crecimiento basado en el consumo doméstico y en el sector servicios. El gigante asiático está inmerso en un profundo proceso de cambio. "Los dirigentes chinos han iniciado reformas estructurales importantes como la de las empresas públicas o la liberalización paulatina de los mercados financieros. Todo ello permitirá generar un crecimiento más estable y sostenible en el medio plazo para el país asiático", concluye Duce.
estrategia de inversión
Con este escenario de previsiones, Diego Jiménez-Albarracín, responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank, ha presentado la estrategia de inversión prevista para los próximos meses.
"Este año mantenemos nuestra apuesta por la renta variable como activo principal de las carteras, principalmente por la falta de alternativas. Los datos de crecimiento positivos previstos para este ejercicio deberían elevar el potencial de subida en los beneficios de las empresas”. Sin embargo, “la subida de tipos de la FED y los acontecimientos políticos en Europa provocarán importantes focos de volatilidad en los mercados”.
Dentro de la renta variable, Deutsche Bank apuesta por los países desarrollados. "Los índices europeos no están caros y ofrecen margen de mejora para los próximos meses, a pesar de la volatilidad esperada, y en EEUU quizás el potencial es más bajo, pero tenemos a favor la posible subida del dólar, que beneficia al inversor europeo”, explica Jiménez-Albarracín. En este contexto, “la entidad ve recorrido principalmente en los valores cíclicos tanto en Europa como en EEUU”.
En el caso de la renta fija, “vemos oportunidades en el universo de bonos investment grade, por la volatilidad reciente, y mayores riesgos en high yield. La rentabilidad de los bonos refugio, por su parte, se mantendrán en niveles muy bajos, especialmente en Europa, por la posible ampliación del programa de compra de deuda del BCE en 2016”, apunta Diego Jiménez-Albarracín.
Además, Jiménez-Albarracín asegura que es buen momento para llevar a cabo estrategias multiactivo. “La baja rentabilidad de los bonos y la volatilidad de las bolsas están favoreciendo las entradas de dinero en fondos multiactivo, ya que permiten una mayor diversificación de activos y generan rentabilidades atractivas con un menor riesgo para el inversor particular”.
Por último, para los inversores más arriesgados, el experto cree que hay oportunidades mediante la inversión directa en acciones.
Países y sectores
En EEUU la entidad apuesta por el sector financiero, tanto por el repunte del crédito hipotecario y personal como por la fuerte actividad corporativa. Deutsche Bank también considera que hay oportunidades en el sector tecnológico, especialmente en empresas relacionadas con el internet de las cosas. Los sectores de farma y medios también son atractivos, el primero por los movimientos de concentración y el posible aumento de dividendo y el segundo por el incremento del gasto publicitario para captar el dinero ahorrado en combustible que podría desviarse al consumo.
En Europa, Deutsche Bank espera que las medidas del BCE impulsen el crédito y los bancos se beneficien de ello. La debilidad del euro tendrá impacto en las empresas con exposición a EEUU como las firmas alemanas de coches. Asimismo, Deutsche Bank prevé una nueva oleada de proyectos de infraestructuras con fondos de la Unión Europea que beneficiará a las compañías constructoras con mayor exposición a Europa del Este.
En Japón, la entidad considera que el Banco Central seguirá debilitando el yen y fomentando el carácter exportador de las empresas japonesas. De este modo, esperan un paulatino rebote del consumo interno, plano durante años.
En cuanto a España, dado que Deutsche Bank espera un comienzo de año volátil, la entidad apuesta por los valores con mayor visibilidad y recurrencia en resultados y con alta rentabilidad por dividendo probada históricamente. Entre estos, destacan a Iberdrola, Red Eléctrica, Abertis o Enagás.
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