Economía

El BCE ha comprado ya dos billones de deuda durante la pandemia

El Banco Central Europeo y los bancos centrales de los países que componen la Eurozona siguen ampliando su papel en la economía de los “diecinueve”. No es nuevo. Ya lo

  • Vista de la sede central del BCE en Fráncfort. -

El Banco Central Europeo y los bancos centrales de los países que componen la Eurozona siguen ampliando su papel en la economía de los “diecinueve”. No es nuevo. Ya lo hicieron durante la crisis financiera internacional de 2008-2012, cuando las dudas sobre la sostenibilidad de la economía de los países del sur de Europa (Grecia, Portugal, España e Italia) puso en tela de juicio el futuro de la moneda única. Desde la puesta en marcha de la 'quantitative easing' en marzo de 2015, el BCE ha multiplicado exponencialmente su protagonismo en la financiación de la economía europea.

La irrupción de la pandemia en el primer trimestre de 2020 ha dejado a la institución monetaria que preside Christine Lagarde como único actor del sistema financiero, hasta tal punto que la economía de los 19 países que comparten el euro como moneda depende, casi en exclusiva, de las actuaciones que realice el Banco Central Europeo.

Por ello, no ha dudado en ningún momento en emplear toda la artillería de la que dispone. Si en 1999, el primer año completo de funcionamiento del BCE, el peso de los activos del Eurosistema (once países miembros, los fundadores del euro) era del 10,74% del PIB de la región, en enero de este año, último dato publicado, supone el 71,5%.

Para el economista Javier Santacruz, este dato debe ser interpretado como una importante advertencia para la marcha de la región. “Buena parte del activo del Eurosistema corresponde a la compra de deuda pública y privada que los bancos centrales de los distintos países de la Eurozona han ido realizando durante estos años. A medida que el volumen del activo se acerca al 100% del PIB la situación empieza a convertirse en preocupante, porque evidencia que el endeudamiento público de los países del euro está aumentando peligrosamente”.

La economía de los 19 países que comparten el euro como moneda depende, casi en exclusiva, de las actuaciones que realice el Banco Central Europeo

Aunque Eurostat no ha publicado oficialmente aún los datos de deuda de los países de la Unión Europea a cierre del pasado año, las primeras aproximaciones hablan de un total de 12 billones de euros para los 19 países miembros de la Eurozona, lo que equivaldría al 100% del PIB estimado. Francia e Italia son los estados con más deuda (alrededor de 2,5 billones cada uno), por delante de Alemania (2,05 billones) y España (1,4 billones).

El Eurosistema, como lo define el BCE, “está formado por el BCE y los bancos centrales de los estados miembros que han adoptado el euro y es la autoridad monetaria de la región”. Su objetivo no es otro que “mantener la estabilidad de precios en aras del bien común”, y, cómo no, “salvaguardar la estabilidad financiera”.

Sólo en los casi dos años que han transcurrido desde que la Organización Mundial de la Salud elevara a la categoría de pandemia el brote de coronavirus Covid 19, a mediados del marzo de 2020, el Eurosistema ha aumentado el tamaño de su activo en un 83,52%, ha incrementado la compra de valores emitidos en euros por residentes en la zona en más de 2 billones de euros +70,5%), y los préstamos a las entidades de crédito de la región en 1,58 billones (+256,7%), de acuerdo con las cifras recogidas por el BCE a principios de este mismo mes.

Según el estado financiero consolidado del Eurosistema cerrado al término de la primera semana de 2022, su activo ascendía a 8,573 billones de euros, 3,88 billones más que en febrero de 2020, dos semanas antes de que la mayoría de los países de la Eurozona decretaran las primeras restricciones a la movilidad de los ciudadanos y el cierre de todas las actividades económicas no consideradas esenciales.

Compras de deuda

Para hacerse una idea de la importancia de este dato basta decir que el Eurosistema arrancó en enero de 1999 con un activo total de 693.437 millones de euros y que se mantuvo en el entorno de los dos billones entre los años 2008 y 2014, hasta que en marzo de 2015 el BCE lanzó la denominada “quantitative easing”, un programa de compra a gran escala de activos con el fin de dotar de mayor liquidez al sistema financiero, que fue interrumpido temporalmente en diciembre de 2018.

Más de las cuatro quintas partes del activo total del Eurosistema (concretamente el 82,8%) corresponde a los “valores emitidos en euros por residentes en la zona euro”, 4,896 billones de euros, y al epígrafe “préstamos en euros concedidos a entidades de crédito de la zona del euro en relación con operaciones de política monetaria”, 2,2 billones de euros.

Operaciones de financiación

Bajo esta compleja denominación se recogen las operaciones principales de financiación y las operaciones de financiación a plazo más largo. Estás últimas se han incrementado desde los 617.203 millones de euros que figuraban en el balance en febrero de 2022 hasta los 2,2 billones actuales, lo que supone un crecimiento del 256,7%. Esta partida está destinada a proporcionar liquidez a las entidades de crédito y también para facilitar los préstamos a empresas y particulares en situaciones excepcionales.

Por el lado del pasivo, las cifras más elevadas se concentran en los depósitos en euros mantenidos por las entidades de crédito, 4,54 billones, casi 2,7 billones más que antes de la irrupción de la Covid 19. La segunda partida es del dinero en circulación, 1,54 billones, un 21% más que hace dos años. La tercera son los depósitos en euros de las administraciones públicas, una cifra muy volátil siempre, que ascendía en enero de este año a 510.115 millones, un 63,5% más que en febrero de 2020. Estos depósitos fluctúan en función de la estrategia de financiación anual de cada país. Prueba de las oscilaciones que sufre esta partida es que en la primera semana de este año se ha reducido en 80.271 millones.

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