El pequeño Nicolás ya no podrá presumir de estar estudiando en un centro universitario de elite como es el Colegio de Estudios Financieros (Cunef), con cuotas  académicas superiores a los mil euros mensuales. El centro elegido por muchos hijos de la flor y nata empresarial de este país para formarse en la administración y dirección de empresas acaba de darle boleto y ponerle de patitas en la calle, algo que el aprendiz de espía no echará tampoco mucho de menos ya que no asistía desde hacía tiempo a la mayoría de las clases.

Francisco Nicolás Gómez Iglesias llevaba matriculado en el Cunef desde 2013 y solo consiguió aprobar un par de asignaturas. Solía acudir al colegio acompañado de chófer, pero se le olvidaba pagar las cuotas y solo utilizaba su vinculación con el mismo para lucirlo en su curriculum y presumir de ello ante los empresarios a los que presuntamente estafaba. Cuando fue detenido el pasado octubre, acusado de presuntos delitos de estafa y falsedad, su vida dio un vuelco y desde entonces apenas apareció por el centro universitario, que ahora ha decidido expulsarle formalmente y rescindir toda relación con él.

Fuentes judiciales explican que, a pesar de sus excursiones por diferentes platós de televisión, el pequeño Nicolás es muy fácil que acabe en prisión ya que tiene que afrontar más de media docena de frentes abiertos y todavía la instrucción no está concluida. Solamente el delito de suplantación de personalidad, uno de los que es acusado, está penado con tres años de cárcel.

El último incidente del pequño Nicolás sucedió hace unos días cuando después de cenar con una veintena de amigos en un conocido restaurante del centro Madrid -entre ellos Isabel Mateos, conocida como La Pechotes-, el joven abandonó el local a medianoche cuando faltaba por pagar parte de la cuenta, algo más de 500 euros. Fue detenido por la policía y pasó la noche en comisaría.