Qué a gustito se sienten muchos políticos del PP, de CiU, del PSOE, del PSC, de Madrid, de Barcelona, de tantos colores y procedencias, nacidos en una u otra provincia, cuando se apagan los focos y las teles dejan de enfocarles. Dejan de escenificar esas posiciones extremas, esos atavismos nacional-soberanistas y nacional-centralistas, esa batalla continua por la búsqueda de votos y por engañar a la ciudadanía gracias al gratuito altavoz que les prestan los medios de comunicación, y pasan a comportarse como personas normales.
Gente que come, bebe, conversa y se ríe con el que tiene al lado, que se comporta con la naturalidad propia del ser humano, más allá de clichés y de estrecheces impuestas por la apisonadora del simplismo político, de la confrontación interesada, de la disciplina (dictadura) del partido.
En definitiva, de esa tabarra en la que se ha convertido el supuesto conflicto entre Cataluña y España, que desgraciadamente se ha colado en las conversaciones de los ciudadanos de bien, que a fuerza de telediario han asumido como propia una guerra en la que, día a día, se les manipula y utiliza como piezas de marioneta.
Y es que no hay guerra que aguante una buena noche de tenis y sala VIP. Cómo se reían en la noche del miércoles Josep Sánchez Llibre y Vicente Martínez Pujalte. Disfrutaban del elitista agasajo de la sala VIP del Torneo de Tenis Mutua Madrid Open, como amigos de toda la vida, entre cerveza y cerveza, entre rosé y rosé de Laurent Perrier y entre gin-tonic y gin-tonic.
Un grupo de periodistas tuvo el honor de asistir al buen rollo que destilaban el portavoz adjunto de CiU en el Congreso y el portavoz de Economía del PP. Lejos de las batallas de sus mayores, en las que están obligados a participar diariamente si las cámaras enfocan, daba gloria verles bromear sin parar, reírse de sí mismos, sin tocar, ni por asomo, el monotema.
Se le preguntó a Sánchez Llibre por quién le había regalado tan deseada invitación y contestó que había sido Pujalte. También Rafael Hernando (PP) señaló al político murciano como su valedor en el VIP que más presidentes y consejeros delegados aglutina en una sola semana.
Pujalte no desveló qué empresa, banco o entidad le invitó, pero sí se rio y abrazó a sus compañeros de juerga. Todos disfrutaban de una agradable velada, aparcando por un momento el monotema-tabarra del que quizá hoy mismo estén hablando ante cámaras y micrófonos.