En plena guerra entre JxCat y ERC por la inhabilitación como diputado de Quim Torra, se ha producido este martes la comparecencia ante el Parlament de seis de los líderes del independentismo condenados a prisión por el referéndum ilegal del 1-O. Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Joaquim Forn y Dolors Bassa se han personado ante la comisión parlamentaria que investiga la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña en el otoño de 2017 para explicar qué consecuencias tuvo en estas la intervención estatal. Ha sido un acto de propaganda, una especie de contrajuicio del celebrado en el Tribunal Supremo, en el que los condenados han difundido su particular versión de los hechos sin apenas contestación, dada la ausencia del PSC primero y de Ciudadanos después.
Lo cierto es que esta comparecencia ha servido para que posconvergentes y republicanos aparquen momentáneamente el enfrentamiento abierto ayer por la decisión de Roger Torrent de acatar la orden de la Junta Electoral Central de retirar a Torra su acta de diputado. Un enfrentamiento que ha dejado en el aire la aprobación de los presupuestos de la Generalitat, a los que mañana debe dar el visto bueno la Comisión de Hacienda, si JxCat lo permite. Y es que hasta el futuro del actual Ejecutivo autonómico es incierto. Todo indica que Cataluña volverá a celebrar elecciones en un plazo más o menos breve pero tampoco es descartable que unos y otros acaben llegando a un acuerdo que permita salvar la legislatura, según indican fuentes parlamentarias consultadas por El Liberal.
Algo que interesa especialmente a JxCat, que aún no tiene una figura clara de sustitución de Torra como candidato y que confía en el desgaste de ERC por su pacto con el PSOE, del que no esperan nada sustancial y que, a día de hoy, le aventaja en las encuestas. Si el presidente decidiera, finalmente, dar por concluida la legislatura y convocar elecciones, Carles Puigdemont sería el político con más posibilidades de liderar la candidatura de JxCat. Sobre todo si triunfa en el acto convocado a finales de febrero en Perpignan. Sin embargo, su candidatura estaría condicionada por el suplicatorio solicitado por el juez Pablo Llarena. "Puede tardar meses", han asegurado fuentes consultadas por El Liberal, "pero es evidente que está condicionando las decisiones". Si, a pesar de todo, Puigdemont fuera candidato y ganara las elecciones, lo que se intuye es que el también eurodiputado no regresaría a Cataluña, renunciaría a su escaño y daría paso al número dos de la candidatura de JxCat.
Tres mujeres
Pero los posconvergentes barajan otros nombres, como los de Elsa Artadi y Laura Borràs. La primera está hoy en la oposición del Ayuntamiento de Barcelona, mientras que la segunda es la portavoz de JxCat en el Congreso. Borràs, además, está investigada por el caso de las adjudicaciones irregulares de contratos a un amigo. Otra posible candidata sería la actual alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, quien, sin embargo, no contaría con el respaldo de ERC si el apoyo de los republicanos fuera necesario para formar gobierno. Incluso, hay quienes apuntan como candidato al actual consejero de Políticas Digitales, Jordi Puignerò.
Existe un tercer posible escenario que pasa porque Torra provoque una crisis de gobierno que le permita sacar a ERC del Ejecutivo. En este caso, el papel protagonista recaería en el actual titular de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, quien, según medios independentistas, podría ser nombrado vicepresidente del Govern, un cargo que le permitiría seguir avanzando dentro de la formación.
De cualquier manera, la apuesta de JxCat oficialmente pasa por mantener la unidad con ERC, aunque ayer algunos de sus representantes amenazaran con romper la "estabilidad" del Ejecutivo autonómico. Así se ha podido comprobar este martes en la comparecencia parlamentaria del ex consejero de Presidencia, Jordi Turull, quien ha apostado durante su intervención por la "unidad" del independentismo para poder sostener el Govern. "No soy feliz cuando escucho expresiones de desunión", ha dicho Turull, en un claro intento de sosegar a JxCat y ERC. De forma similar se ha pronunciado el también condenado Joaquim Forn, ex consejero de Interior, quien ha asegurado que el de ayer fue "un día triste" y ha exigido a JxCat y ERC que abandonen "las estrategias partidistas y los tacticismos" porque "lo que hay en juego es muy importante".
El candidato Aragonés
En el lado de los republicanos, las palabras de Oriol Junqueras ante la comisión parlamentaria han dejado claro que su objetivo es la independencia. De un modo similar se ha pronunciado Raül Romeva. Pero este compromiso u objetivo es cuestionado desde JxCat una vez que alcanzaron el acuerdo con el PSOE para abrir una mesa de negociación en la que no hay garantías de que el Ejecutivo de Sánchez vaya a permitir la celebración de un referéndum de independencia.
ERC, de cualquier manera, tiene mejores papeletas que JxCat, según las últimas encuestas, para ganar unas elecciones autonómicas en Cataluña, a pesar de que Puigdemont se impuso claramente a Junqueras en las últimas europeas. Lo que sí parece claro es que los republicanos, cuyo candidato más probable es Pere Aragonés, vicepresidente del Govern, quieren alcanzar la presidencia de la Generalitat por primera vez desde la reinstauración del autogobierno y que, si quedan primeros, optarán presumiblemente por un nuevo tripartito entre ERC, el PSC y En Comú-Podem. Un acuerdo que, con matices, ya funciona en el Gobierno central y en el Ayuntamiento de Barceloona, con los republicanos como apoyos externos a los ejecutivos.