La muerte de un vecino de Los Palacios y Villafranca (Sevilla) ha elevado a once el número de víctimas mortales en Andalucía por el virus del Nilo Occidental en lo que va de año. Según fuentes de la Consejería de Salud, el hombre, de 70 años y con patologías previas, falleció el pasado jueves tras permanecer ingresado desde junio en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen del Rocío, por causa de complicaciones derivadas de la picadura de un mosquito infectado.
El brote de virus del Nilo ha sido descrito como el peor registrado en España hasta la fecha. Sorprende este hecho, pues desde la comunidad científica no se contaba con contagios a estas alturas del año, cuando el frío debería hacer remitir la expansión del mosquito.
La muerte más reciente antes del VNO ocurrió en octubre, cuando falleció una mujer de 80 años, vecina de Coria del Río, que había sido diagnosticada en agosto. Desde principios de noviembre, las autoridades contabilizan 104 personas infectadas por el virus en Andalucía.
La consejera de Salud, Rocío Hernández, ha calificado el brote de “excepcional” debido a su temprana detección y la elevada densidad de mosquitos portadores, en valoraciones recogidas por Diario de Sevilla.
En octubre, los muestreos de captura de mosquitos arrojaron algo de esperanzas, tras cinco meses de análisis de las trampas colocadas por todo el Bajo Guadalquivir dejó de haber presencia de positivos de VNO (Culex perexiguus). Pero esto no es óbice para que los positivos y víctimas sigan existiendo, contra todo pronóstico de los expertos científicos.
“El VNO ha venido para quedarse y hay que lidiar con ello, pero es cierto que este año ha habido bastantes condiciones excepcionales que favorecen la difusión del VNO”, dice a Voz Pópuli Rubén Bueno, doctor en Biología y entomólogo, que está especializado en control de vectores de trasmisión y llevas año siguiendo el rastro de especies que, por zoonosis, trasladan patógenos a los humanos.
Actualmente, Bueno ejerce como director técnico de Lokímica, la empresa que controla la plaga de mosquitos en los arrozales de los municipios de Sevilla. Nos confirma que este año está siendo especialmente crudo: en solo una de las trampas se capturaron 16.000 mosquitos en un solo día, una cifra alarmante considerando que en todo el año anterior se contabilizaron 55.000. Con todo, este año es el peor en la región desde que existen registros de esta dolencia.
Una enfermedad de difícil detección y graves consecuencias
El virus del Nilo Occidental afecta principalmente a personas mayores o con enfermedades previas. Aunque el 80% de los infectados no presenta síntomas. Menos del 1% de los casos derivan en consecuencias graves. De hecho, las once víctimas mortales de la provincia de Sevilla eran personas mayores que ya contaban con patologías previas.
Los casos más graves que desencadena el VNO pueden derivar en afecciones neuroinvasivas como meningitis, encefalitis o parálisis, especialmente en pacientes con factores de riesgo como hipertensión, diabetes o insuficiencia renal.
Por ello, la vacuna aún tardará unos años en llegar, por lo que investigar la propagación del mosquito y prevenir picaduras con la batalla doméstica es la mejor manera de evitar males mayores.
Una crisis eventual que pasa a ser estructural
El control de la población de mosquitos que pueden vía zoonosis transmitir el virus a los humanos se venía haciendo hasta ahora de manera eventual. Pero este año, ya en diciembre, las labores de lucha contra los mosquitos transmisores continúan. “Sí, seguimos trabajando, con menos intensidad, pero sin cesar. Todo lo que hagamos ahora nos ayudará a responder con más garantías en primavera”, detalla Bueno, responsable de fumigación y control de larvas en los entornos urbanos.
Este año, las condiciones climáticas han hecho de la necesidad de prevención un trabajo continuo los 365 días del año. Lokímica ha visto alterada su planificación por las altas temperaturas y una primavera y un otoño suaves que alargan las temporadas de difusión de los mosquitos. "Esto es nuevo, pero es urgente que las administraciones aprendan que esta respuesta no es algo puntual, con las actuales condiciones climáticas necesitamos una prevención continua”.
La trampas de detección se han emplazado en 40 municipios del Bajo Guadalquivir, regiones húmedas que en ofrecen “una suntuosa piscina” para los mosquitos gracias a las miles de hectáreas inundables de cultivos de arrozal, lo que las cataloga como áreas de riesgo alto o moderado. La detección del VNO reúne a la Estación Biológica de Doñana y el CSIC con el Servicio de Control de Mosquitos de las diputaciones de Huelva o Sevilla.
Bueno confirma que los mosquitos se siguen desarrollando –a pesar de estar ya en temporada fría- en zonas con presencia de agua estancada y con baja salinidad, lo que nos remite a los arrozales del Bajo Guadalquivir. Pero el Bajo Guadalquivir no es el único polo, este año trágico se han detectado contagios en animales en caballos de Lucena (Córdoba), Gibraleón (Huelva), Aznalcázar (Sevilla) y Almargen (Málaga). Esto da una idea de la expansión del virus, ya que en realidad, los equinos, al igual que las personas, son elementos finales de la cadena de transmisión del VNO, es decir, padecen la enfermedad, pero no contagian.