Los ayudantes de campo o edecanes que tuvo Juan Carlos I durante su reinado le han escrito una carta de apoyo tras su salida de España, según informaron fuentes militares a Vozpópuli. Este hecho supone el primer respaldo conocido desde el seno de las Fuerzas Armadas a favor del rey emérito desde su histórico anuncio del pasado 3 de agosto.
Este colectivo de "ayudantes honorarios", como se les conoce dentro de la Casa del Rey, lo forman varias decenas de militares de las distintas armas. La mayoría de ellos están ya retirados, pero algunos se encuentran en la reserva y unos pocos aún en servicio activo. La misiva es de carácter privado y no es la primera de este tipo, pues en otros momentos -caso de la abdicación- hubo iniciativas similares. Este periódico desconoce el contenido de la carta.
En paralelo, varios generales ya retirados -sin vínculos con La Zarzuela- han empezado a valorar la posibilidad de lanzar un manifiesto público de respaldo a don Juan Carlos. Ya hay un texto circulando entre eventuales firmantes pero aún se está "en una fase embrionaria", según las citadas fuentes.
Precisamente, el pasado martes se ha subido a las redes un vídeo titulado 'Estamos con usted Majestad. ¡Viva el Rey de España ¡V.E.R.D.E', en el que una voz en off habla en nombre de los "militares veteranos" para evocar "el papel del Emérito como capitán general del Ejército y su decisivo esfuerzo por su democratización y modernización".
"Durante cuatro décadas, Juan Carlos de Borbón fue muchas cosas en su papel de jefe del Estado. El primer político, en muchas ocasiones. El primer embajador, en otras. Pero desde la llegada al Palacio de La Zarzuela fue, sobre todo, nuestro primer militar", prosigue el vídeo de casi cinco minutos de duración.
Los edecanes son conocidos de las audiencias públicas en La Zarzuela por ser los que abren la puerta al monarca y anunciar la entrada de "Su Majestad el Rey". Estos militares están al servicio del jefe del Estado y forman parte de su Cuarto Militar.
Un año después de la proclamación de Felipe VI, hubo un real decreto de reestructuración de la Casa del Rey en el que se introdujeron cambios para este colectivo. Por ejemplo, quedó fijado que el Cuarto Militar estuviera formado por un oficial general -en la actualidad es el almirante Juan Ruiz Casas- y “los ayudantes de campo de Su Majestad el Rey, de los empleos militares de coronel o capitán de navío, teniente coronel o capitán de fragata, comandante o capitán de corbeta, en situación administrativa de servicio activo".
De la edad de Felipe VI
La principal diferencia que se introdujo con Felipe VI, según desveló El Confidencial Digital, fue el empleo militar de estos ayudantes de campo. Los de Juan Carlos I eran todos coroneles o tenientes coroneles (o capitán de navío o capitán de fragata, sus equivalentes en la Armada); mientras que los del actual rey son comandantes y capitanes de corbeta.
De esta forma, Felipe VI tiene a su lado a militares más jóvenes, en torno a los 40-45 años, ya que los coroneles suelen ser mayores, de unos 50-55 años. Además, en el citado decreto no se precisó cuántos ayudantes de campo tiene que haber, si bien tanto el rey emérito como su hijo han tenido siempre a nueve militares a sus órdenes.
La cifra no es casual. Hay cuatro militares del Ejército de Tierra -por las armas de Caballería, Infantería, Artillería e Ingenieros-. De la Armada salen otros dos -del Cuerpo General y de la Infantería de Marina-. El Ejército del Aire cuenta con el mismo número y el noveno representante es de la Guardia Civil. Además, el jefe del Cuarto Militar tiene la consideración de “primer ayudante de Su Majestad el Rey” y de él depende la Guardia Real.
Gracias a que son nueve, pueden hacer relevos para que durante las 24 horas siempre haya ayudantes de campo al servicio del rey. Cuentan con un pequeño cuarto en el pabellón de Felipe VI, y entre ellos tienen fijados turnos para irse relevando todo el día, los 365 días del año sin excepción. También viajan con la Familia Real fuera de España y acompañan al monarca incluso en vacaciones.
Los orígenes con Napoleón
La figura del ayudante de campo proviene de la Francia napoleónica, donde se le llamaba “aide-de-camp”. El emperador galo tenía la costumbre de dictar leyes mientras caminaba o viajaba, así que sus edecanes debían tomar nota de lo que decía. Por eso llevaban lapiceros que colgaban del cuello con cordones de oro.
De ahí que el distintivo del edecán sea un cordón dorado que, en su recorrido hasta el pecho, forma dos ramales rematados en su caída por puntas doradas que se asemejan a un lápiz. Curiosamente, no todos los cordones son iguales, sino que hay mínimas diferencias en función de la autoridad a la que sirvan.
Para ello, hay que fijarse en el centro de las caídas. Los ayudantes de campo del monarca llevan un nudo de cordón de tres vueltas. Los de la princesa de Asturias, un nudo de cordón con dos vueltas. Los del ministro de Defensa de turno, cinco entorchados. Y si se trata de un general, entonces son cuatro, tres, dos o un entorchado en función del empleo que tenga el citado general.