El adelanto electoral en Cataluña y la caída de los presupuestos catalanes pactados entre ERC y PSC han impactado de lleno en el juego municipal de Barcelona, donde ambos partidos también pactaron las cuentas municipales, que se debatirán el próximo 22 de marzo. Tanto el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, como la dirigente republicana municipal, Elisenda Alamany (que viene de los comunes) han reprochado duramente este jueves a los 'morados' por precipitar unas cuentas de casi 44.000 millones de euros que venían a paliar los efectos de la sequía, así como mejorar el sistema educativo y sanitario. Con el adelanto electoral, los comunes de Ada Colau están ya a años luz de la dinámica del tripartito progresista y han pasado de ser el apoyo satélite del alcalde de Barcelona a un "obstáculo" para el nuevo ciclo que la ciudad, en palabras de Alamany. Más aún cuando Ada Colau ha sido un factor importante dentro de los comunes en la resistencia de dar el 'sí' de apoyo a Aragonés.
En un intento por calmar los ánimos, Collboni hizo una declaración institucional este jueves donde hacía un llamamiento a la "responsabilidad" del partido de Xavier Trias y de Ada Colau para aprobar sus cuentas. El alcalde calcula que 650 millones se perderán por la suspensión de los presupuestos de la Generalitat y necesitará los votos o de los 'morados' o los posconvergentes para que los presupuestos de Barcelona no corran la misma suerte que los de Aragonés. Un apoyo ahora mismo inviable, tal y como ha quedado el tablero de alianzas de los partidos catalanes.
Fuentes del equipo de Xavier Trias recalcan a Vozpópuli que Collboni no tendrá su 'sí' después de darles carpetazo en las negociaciones y tachan de "pantomima" lo ocurrido este miércoles en el Parlament con el Hard Rock como revulsivo. Apuntan que Aragonés ya tenía premeditado el adelanto electoral después de que saliera adelante la amnistía. Por ahora, Trias se mantiene firme en la oposición y sigue sin entablar ningún tipo de negociación con los de Collboni. Cabe recordar que sigue teniendo mayoría representativa en el pleno municipal frente a los socialistas con un escaño más, ya que arrasó en las municipales del 28 de mayo y no logró la alcaldía por el apoyo de investidura del PP a Collboni. Su salida de la política municipal no será inminente y está a la espera de la aplicación de la amnistía, con la posible vuelta de Puigdemont, para retirarse. Por el momento, ante voces que apuntan que podría ser candidato a la Generalitat, responde: no está sobre la mesa.
Mientras, sigue existiendo un abismo entre Colau y Collboni, especialmente ahora con la desintegración de los presupuestos catalanes por el carpetazo de los comunes. El partido acaba de lanzar su campaña, donde ha abierto una página de donaciones, para elegir entre "un modelo sometido a los intereses económicos y un modelo de la Cataluña valiente que no se vende". BComú cierra filas con Albiach y se ha posicionado también en clave electoral para escenificar la 'auténtica izquierda' mientras la CUP se desintegra en intención de voto de cara al 12 de mayo. Que los comunes de Barcelona en este contexto voten a favor de las cuentas de ERC y los socialistas contradice su hoja de ruta actual, con una línea dura.
Ante este panorama Collboni ya asume el mecanismo 'salvavidas', la cuestión de confianza vinculada a los presupuestos. Es algo que ya preveía con el anuncio del pacto con ERC, donde tampoco tenía los apoyos para sacar adelante las cuentas. Los partidos tendrán un mes para acordar un nuevo candidato a la alcaldía y, después, y si no lo han logrado, las cuentas se aprobarán de forma automática por el mecanismo habitual. Es una fórmula que ya utilizó Ada Colau en 2017 y 2018.
