El presidente valenciano en funciones, Ximo Puig, repetirá el modelo que empleó después de su derrota el pasado 28-M y no facilitará la abstención de los diputados nacionales valencianos para que Alberto Núñez Feijóo gobierne en caso de victoria el próximo 23 de julio.
La propuesta del líder del PP de que el PSOE se abstenga si gana las próximas elecciones generales para no depender de Vox en la conformación del Gobierno no ha encontrado eco en el todavía jefe de la federación socialista valenciana.
Oficialmente el equipo de Ximo Puig consultado por Vozpópuli asegura que "no estamos en eso, estamos en en ganar las elecciones", pero internamente ha quedado claro que no habrá orden a los diputados nacionales de la federación socialista valenciana para que faciliten un Gobierno del líder del PP en caso de derrota de Pedro Sánchez.
Como el 28-M
Este posicionamiento supone calcar la estrategia que Ximo Puig empleó con Carlos Mazón al quedar como segunda fuerza política en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo. Entonces el presidente valenciano se negó a prestar la abstención de los diputados socialistas necesarios para que que saliera adelante la investidura del presidente del PP valenciano.
Esa negativa dejó en un callejón sin salida a Mazón que tenía que elegir entre aliarse con Vox o repetir las elecciones y finalmente escogió la primera solución. Este argumentario fue el utilizado por el propio Alberto Núñez Feijóo quien justificó el temprano pacto del líder del PP valenciano con la formación que dirige Santiago Abascal en la necesidad de que los valencianos pudieran concretar el cambio que votaron en las urnas.
Un "paripé"
Las fuentes consultadas por este medio en el PSOE valenciano aseguran que Feijóo está haciendo el mismo "paripé que Mazón hizo en la Comunidad Valenciana", ya que entienden que "el pacto con Vox está pactado de antemano".
Los acuerdos en la Comunidad Valenciana, Baleares, Extremadura y los probables de Aragón y Murcia, son, para las citadas fuentes, "la prueba del algodón" del acuerdo que, a su juicio, han cerrado el PP y Vox a nivel nacional.
Esta posición de la segunda federación socialista en cuanto al número de afiliados (por detrás de Andalucía, en empate técnico con Madrid y por delante de Cataluña) augura que la política de grandes acuerdos entre PP y PSOE –que pretende Alberto Núñez Feijóo en caso de victoria– se hará realmente difícil.
Ximo Puig, no obstante, ha pedido a los integrantes de la lista del Congreso y el Senado por parte de la federación socialista valenciana que se centren en el objetivo de mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa para hacer de contrapeso al poder territorial que el PSOE ha perdido en gran parte del territorio nacional.
Movilización del partido
Es el mismo mensaje que transmitió en la comisión ejecutiva nacional del PSOE valenciano celebrada ayer por la tarde a los integrantes de la misma. Puig llama a la movilización del partido y a la agitación de los acuerdos PP-Vox como modo de espolear a sus votantes valencianos que hace algo más de un mes decidieron retirarles su apoyo o refugiarse en la abstención.
Ximo Puig se juega en las próximas semanas gran parte de sus opciones de poder realizar un relevo ordenado al frente del PSOE valenciano –en caso de victoria de Sánchez o derrota por la mínima– pero que le será muy difícil de 'sujetar' si la derrota es amplia frente al PP.
La relación con Compromís
A diferencia de la cita autonómica donde el PSOE encabezado por Ximo Puig se mostró más cercano con Compromís y alejado de Podemos, ahora encara el reto del 23-J con cierta distancia con la formación nacionalista (coaligado con Sumar) debido a las fricciones surgidas tras la pérdida del poder.
No obstante, en un último intento por activar a las bases el PSOE valenciano sí hará frente común con Compromís contra la "entrada de la extrema derecha en las instituciones" para aglutinar el voto en torno a estas dos opciones de la izquierda política en la Comunidad Valenciana.
