Es lunes por la mañana en la puerta de acceso a la Audiencia Nacional. Un furgón oscuro se detiene en las inmediaciones y de él bajan cuatro personas: son los etarras Patxi Xabier Macazaga, Jon Zubiaurre, Imanol Miner y Asier García. Cuando enfilan la entrada a dependencias policiales se encuentran con un pequeño grupo. De él se escucha una voz que les dice a los terroristas: “Todo esto para qué”. Es la de la periodista Aurora Intxausti, a la que los miembros de ETA intentaron matar junto a su marido, el también informador Juan Palomo.
La escena, recogida por El Diario Vasco, no es inédita. Desde el pasado mes de septiembre se han celebrado varios juicios en la Audiencia Nacional para tratar de esclarecer la actividad criminal de ETA. A dos de ellos han asistido las víctimas. Y los terroristas juzgados, que se encuentran en libertad, han accedido a las salas por la misma puerta que las personas que fueron sus objetivos.
Una situación que presumiblemente se repetirá con frecuencia en meses o años venideros, teniendo en cuenta que los terroristas, tras ir cumpliendo sus condenas, quedan en libertad. Y, por tanto, no están sometido a traslados policiales, sino que lo hacen por sus propios medios, accediendo a la Audiencia por la misma puerta que el resto de personas.
“Si están en prisión no deben tener ningún contacto con las víctimas, pero si están en libertad, sí que lo tienen”, apunta Carmen Ladrón de Guevara, abogada del departamento jurídico de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). “En la Audiencia Nacional sólo hay una puerta de acceso, así que lamentablemente se van a dar más situaciones como esta”.
La abogada es autora de una guía de buenas prácticas para la asistencia jurídica a las víctimas del terrorismo en el ámbito de la Audiencia Nacional, en la que se insta a todos los operadores jurídicos -jueces, magistrados, letrados de la administración, tramitadores procesales, funcionarios, fiscales y abogados- a sensibilizarse con la situación de las víctimas. El documento hace extensivo este llamamiento a funcionarios de policía, oficina de prensa, traductores, psicólogos y médicos forense, entre otros. Se elaboró en el año 2020 con motivo de otras situaciones incómodas.
La guía sostiene que empatizar con la víctima no implica tomar partido ni perder la debida independencia, y emplaza a minimizar los daños que se pueden derivar de una mala práctica durante la tramitación del procedimiento judicial y, así, evitar una lo que a su juicio supone una doble victimización a las víctimas.
Ladrón de Guevara destaca en su documento que la protección de las víctimas durante la fase de instrucción se sostiene, entre otros, en el derecho a la información, a conocer todo lo relacionado con las actuaciones en torno a los responsables del atentado. También en contar con asesoramiento administrativo y penal. Y en que haya las debidas medidas de protección en los casos que así lo requieran.
Además recuerda que los servicios de traducción e interpretación son necesarios para las víctimas extranjeras y el derecho que tienen al reembolso en caso de traslado o de reconocimientos médicos, que deberían estar unificados para evitar el choque que supone pasar por este trance. Si la víctima es de fuera de Madrid, debería contar con toda la información de localizaciones. Y, siempre, en cualquier caso, tendría que haber un acompañamiento de profesionales especializados, como abogados o psicólogos.
En relación con la fase del juicio oral, la abogada de la AVT destaca los derechos de información, acompañamiento y de protección a las víctimas. También apunta a la declaración por videoconferencia o reembolso de los gastos para personas que vivan fuera de Madrid. Y, si lo hace presencialmente, recordar que puede hacerlo acompañado de un psicólogo.
Por último, durante la fase de ejecución, a la víctima le asisten otros derechos, como lo es a recibir información, realizar alegaciones y recurrir determinadas resoluciones del juez. También a conocer las fechas de cumplimiento de las condenas o cambios en la situación penitenciaria del terrorista, así como sobre su puesta en libertad. Destaca, por último, el derecho a asistencia por parte de los funcionarios de la Oficina de Atención a las Víctimas de la Audiencia Nacional.
¿Se puede adoptar alguna medida para evitar que situaciones como la del lunes vuelvan a repetirse? Ladrón de Guevara plantea la posibilidad de que se habilite alguno de los accesos empleados habitualmente por funcionarios para evitar la coincidencia en la puerta principal. O que las llegadas se produzcan de forma escalonada. Además, contar con los debidos apoyos y acompañamientos a las víctimas para que no afronten solas la situación.
Entre otros, de psicólogos. Arantxa Soriano Álvarez es psicóloga coordinadora del departamento psicosocial de la AVT, equipo que también ha elaborado un manual destinado a víctimas con algunas claves sobre cómo afrontar el proceso judicial derivado del atentado.
Acompañamiento psicológico
En conversación con Vozpópuli, Soriano destaca la AVT que ofrece acompañamiento psicológico a “todas aquellas víctimas que tengan previsto un juicio y seamos conocedores de ello”: “No siempre lo requieren, pero la asociación lo ofrece siempre. En el caso del lunes pasado, se ofreció incluso a víctimas no asociadas”, apunta, en relación con el citado episodio que se vivió ante la Audiencia Nacional.
En este sentido, destaca que los juicios por terrorismo “pueden revivir experiencias traumáticas para las víctimas”: “El acompañamiento psicológico les ayuda a manejar el estrés, la ansiedad y el dolor emocional asociado con el proceso judicial”. También que, ante un proceso judicial que puede ser “intimidante”, el acompañamiento profesional “ofrece un espacio seguro y confidencial”.
La especialista de la AVT destaca que la intervención psicológica puede ayudar a las víctimas a prepararse para el proceso de testificación, así como a anticiparse a los que se va a encontrar, para que “no se sienta perdida y desubicada”.
Arantxa Soriano reflexiona ante acontecimientos como los que se vivieron el lunes en la puerta de la Audiencia Nacional. Destaca que ver al perpetrador “puede generar un fuerte impacto emocional”, haciendo que la víctima “reviva sensaciones de miedo, impotencia o angustia, como si estuviera nuevamente expuesta a la violencia”, así como sentimientos de “impotencia y vulnerabilidad”: “Parece que estamos al mismo nivel que el que intentó asesinarlos”.
“El juicio para muchas víctimas es un hecho que ayuda a cerrar un largo proceso de sufrimiento”, apunta la psicóloga de la AVT. Destaca que “el impacto que supone encontrarte cara a cara con los terroristas en ese momento, puede interferir en ese proceso de preocupación, generando sentimientos de rabia, impotencia o incomprensión”, o una sensación de inseguridad “en un lugar donde esperan que se haga justicia con la situación vivida”.