Hasta hace dos semanas, las entrevistas entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba se producían de manera esporádica. La máxima tensión entre ambos se produjo cuando el presidente del Gobierno desveló hace dos meses que se había reunido con el líder de la oposición en La Moncloa, a pesar de que el encuentro se había pactado mantenerlo en secreto. La revelación de la cita por parte de Rajoy en una sesión de control parlamentario irritó sobremanera a Rubalcaba.
Desde entonces, ha llovido mucho. La crisis económica se ha agravado, la banca española ha sido rescatada y las elecciones griegas del domingo anticipan el peor de los escenarios para el euro, si nadie lo remedia. Según trasladan fuentes seguras, ante este panorama tan sombrío, Rajoy y Rubalcaba hablaron la semana pasada en varias ocasiones. La primera, para pactar los relevos en el Banco de España, donde finalmente se cayó como subgobernadora Soledad Núñez. Con posterioridad, el presidente telefoneó al líder del PSOE para informarle de la reunión del Eurogrupo en la que España solicitaría el fin de semana la inyección de hasta 100.000 millones para la banca. Finalmente, ambos volvieron a hablar sobre las elecciones griegas del domingo al regreso de Rubalcaba de Berlín, donde se reunió durante el lunes y el martes con el líder del SPD, Sigmar Gabriel, y con el líder del grupo parlamentario socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier.
Antes del próximo 30 de junio estará cerrado el pacto para cubrir todas las vacantes institucionales
El líder socialista volvió de su viaje a Alemania muy preocupado por la percepción que se tiene en este país sobre la forma en que el Gobierno está gestionando la crisis. Según fuentes socialistas, la desconfianza de las autoridades alemanas hacia el sistema financiero español se ha disparado como consecuencia del estallido de la crisis de Bankia. No se entiende como los cálculos para auxiliar a una entidad sistémica pasaron en tan poco tiempo de 4.000 a 19.000 millones de euros.
De las conversaciones que ha mantenido el presidente con Rubalcaba cabe concluir que el acuerdo para mantener un mismo discurso en Europa se ha consolidado y que puede todavía estrecharse más aún si las elecciones griegas del domingo abocan a un escenario todavía más preocupante para el futuro del euro.
El regreso al diálogo fluido entre Gobierno y oposición ha servido también para acelerar las negociaciones sobre las vacantes institucionales pendientes de cubrir. De hecho, antes del 30 de junio estarán cerrados todos los relevos en el Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo y Junta Electoral Central, entre otros organismos públicos.