España

La Policía investiga quién 'revendió' los tickets del concierto que se retiraban a los que entraban

La investigación se centra en determinar quién es el responsable de que se superase el aforo máximo del pabellón. Una de las líneas apunta a la comercialización a la puerta del recinto de pases ya usados. Muchos asistentes han denunciado que cuando pasaban el control, se les retiraban. "A una amiga le vendieron las entradas losvigilantes. Tenían un montón sujeto por una goma", denuncia un joven.

  • Imagen de la salida de los asistentes al trágico concierto del Madrid-Arena.

Descartada la bengala como desencadenante de la tragedia, las investigaciones de la Policía se centran ahora en saber por qué, como recogieron las cámaras de seguridad del recinto y afirman los testimonios de numerosos asistentes, se sobrepasó en la madrugada del pasado 1 de noviembre el aforo máximo permitido del Madrid-Arena. Y para ello, los responsables de la investigación han tomado declaración a todos los vigilantes contratados por la empresa de seguridad y a numerosos jóvenes que acudieron como espectadores, para determinar quién o quiénes, entre otras irregularidades, llegaron a comercializar decenas de entrada que ya había sido usadas. "A una amiga se la ofrecieron los mismos vigilantes. Tenían un montón sujeto por una goma", denunciaba ayer a este diario uno de los jóvenes que asistieron.

Los guardias de seguridad aseguraron en sus declaraciones ante la Policía que al menos 2.000 personas se colaron

Hasta ahora, la Policía ha podido constatar que poco antes de que se produjera la mortal avalancha, decenas de personas consiguieon saltarse los controles y penetrar en el recinto. Hasta 2.000 personas según el testimonio de los porteros que trabajaron aquella noche. Sin embargo, los investigadores están convencidos por las imágenes que han visionado que ya entonces el local estaba abarratoda muy por encima de su máxima capacidad.

"Los que se colaron fueron la gota que desbordó el vaso", apuntan fuentes policiales, que insisten en que el suceso se produjo cuando confluyeron en los estrechos pasillos del recinto aquellos que querían bajar a la pista desde las gradas para ver de cerca la actuación del DJ  Steven Aoki, la principal atracción de la fiesta, y los recién llegados que también querían acceder a ella. Fue entonces cuando se produjo, primero, el colapso de los pasillos y, poco después, la avalancha que causó la muerte de las cuatro jóvenes y heridas graves a una quinta, que sigue ingresada en la UVI.

Goteo de denuncias de asistentes

La empresa organizadora, Diviertt ha mantenido desde que se produjo la tragedia que ellos sólo vendieron 9.650 localidades para un aforo de 10.600 personas. Sin embargo, los testimonios de jóvenes denunciando diferentes irregularidades al acceder al recinto han sido una constante. De hecho, fuentes policiales han asegurado a este diario que en los últimos días ha habido un goteo continuo de espectadores que han acudido a diferentes comisarías de la Comunidad de Madrid ha presentar denunciar u ofrecer su testimonio sobre lo que vieron. "Unos dicen que lo hacen por las víctimas y otros porque sufrieron golpes o se sintieron estafados por lo que pasó", destacan estas fuentes.

A sus 16 años, Pedro no lo ha hecho aún y asegura que ni él ni sus amigos se lo habían planteado. Él fue uno a los que los porteros, en lugar de rasgarles la entrada, se la quitaron. "Me resultó extraño, porque lo lógico es que te dejen una parte tras pasar los controles", asegura. Él fue de los primeros en llegar al recinto --"sobre las doce de la noche"-- porque su grupo quería situarse en las primeras filas para disfrutar de la fiesta. "Nos habian recomendado ir temprano porque el aforo estaba todo vendido y aquello iba a estar abarrotado, pero no nos imaginábamos que tanto", recalca.

"No nos podíamos mover"

De hecho, pronto descubrieron que había demasiada gente en el recinto, "mucha más que las 10.000 que decían", insiste. "No era normal. Estábamos aplastados y no nos podíamos ni mover. Por eso decidimos salir de la pista e irnos", recuerda. Eran las cuatro de la mañana, después de la actuación de los dos DJ que hacían de teloneros de la gran atracción de la fiesta, Steven Aoki. Fue la hora, además, en la que se produjo la mortal avalancha. "No nos enteramos de nada hasta que estuvimos fuera. Vi ambulancias y como intentaban reanimar a una chica y a otras dos se las llevaban corriendo", señala.

Pedro asegura que, pese a ser menor de edad, no tuvo problemas para entrar en el recinto

Pedro asegura que las medidas de control a las instalaciones dejaron mucho que desear desde el principio. "Como era menor de edad, utilicé el DNI de otra persona sin problemas. Otro amigo, sin embargo, le dijeron que no se parecía a la foto del carnet que enseñó y tuvo que intentarlo por otra puerta, donde consiguió pasar", detalla. Sin embargo, lo que más le llama la atención es lo que le contó una amiga de su hermana, "Fue sin entrada y, cuando preguntó a los vigilantes si podían conseguirla una, le dijeron ràpidamente que sí, sacaron un montón sujeto con una goma y se la vendieron". 30 euros. La Policía investiga ahora si estas supuestas ventas fraudulentas son responsables en parte del exceso de aforo que provocó la tragedia.

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