Las diferencias entre Convergencia y Unió a cuenta de la apuesta soberanista que ha hecho el presidente de la Generalitat, Artur Mas, son cada vez más evidentes, aunque destacados dirigentes democristianos como el portavoz del grupo catalán en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, intenten navegar entre dos aguas. El asunto se escapa más de las manos en el Senado y en el Parlamento Europeo, donde el papel de los miembros de Unió es subsidiario del de los convergentes.
Lo último ha sido la decisión de “puentear” a Unió en la Cámara Alta para que no sea ninguno de los miembros de esta formación quien interrogue a Mariano Rajoy sobre cuestiones referidas a la posible secesión de Cataluña. Buena muestra de este apartamiento se vio a finales del mes de octubre durante la sesión de control al Gobierno celebrado en el Senado. Ante la ausencia del portavoz del Grupo catalán, Jordi Vilajoana, de CDC, la pregunta la formuló la segunda portavoz adjunta, Montserrat Candini, también de Convergencia y no la que le precede en el “escalafón”, Eva Parera, senadora de Unió.
En concreto, la pregunta de Candini, también alcaldesa de Calella, iba dirigida a conocer la opinión del presidente del Gobierno sobre el acuerdo alcanzado entre el gobierno del británico David Cameron con los independentistas escoceses “para celebrar un referéndum sobre la independencia de Escocia”. Fue en su respuesta cuando Rajoy reveló que en su reunión del pasado 20 de septiembre en Moncloa el presidente de la Generalitat “me dijo que tenía que aceptar un concierto económico y que si no lo aceptaba, tendría consecuencias. Después me enteré que iba a celebrar un referéndum, sea legal o no”.
La senadora convergente espetó a Rajoy “¿de qué tiene usted miedo, señor Rajoy? ¿de la voluntad popular? ¿de qué tiene miedo, señor Rajoy? ¿del diálogo? ¿de qué tiene miedo, señor Rajoy? ¿de la democracia? En política, democracia y diálogo son dos elementos básicos que están por encima de cualquier cosa. No puede esconderse detrás de la legalidad para ahorrar algo tan esencial como el diálogo y, por tanto, no dar sentido a la democracia”. Defendió que, a cambio de la colaboración de Cataluña con la democracia, sólo había recibido “invasión competencial, deslealtad institucional, déficit fiscal inamovible”, para recordar a continuación que en la manifestación de la Diada, el pasado 11 de septiembre, se puso de manifiesto que “Cataluña no se siente a gusto con un modelo de España, que antepone el ordeno y mando al respeto político e institucional. La voluntad expresada de manera contundente y rotunda de todos y cada uno del millón y medio de manifestantes era reclamar un nuevo marco jurídico y político para Cataluña. Y para saber exactamente qué opina el conjunto de los catalanes, no hay nada mejor en política y en democracia que preguntarlo al pueblo, es decir, hacer una consulta al pueblo de Cataluña”.
Tremosa, de CDC, y Sedó, de UDC, ambos eurodiputados, mantienen estrategias diamentralmente opuestas en el Parlamento Europeo
Los duros términos en que se manifestó la senadora convergente contrastan en muchos casos con las manifestaciones de sus compañeros de coalición. Caso paradigmático es lo que sucede en el Parlamento Europeo, donde Ramón Tremosa, de CDC, abandera el movimiento por independencia y firma cartas compo la que dirigieron a la vicepresidenta de la comisión Europea, Viviane Reding, alertando del peligro de una invasión militar en Cataluña, mientras el eurodiputado de Unió, Salvador Sedó, se mantiene lo más alejado posible de este tipo de iniciativas.
En el Congreso de los Diputados, se da la circunstancia de que es portavoz del Grupo Catalán el más destacado dirigente de Unió, Josep Antoni Durán Lleida, por lo que su papel es indisimulable. De momento, intenta nadar a dos aguas mientras preside, además, la comisión de Exteriores del Congreso, tal y como le pidió a Rajoy en la primera entrevista que mantuvieron tras las elecciones generales y, además, tiene pasaporte diplomático español. Quizá ello le obligue a sumarse al acto inaugural y a la cena de la XXII cumbre iberoamericana, que se celebra la próxima semana en Cádiz, puesto que el Gobierno ha invitado a todos los portavoces parlamentarios y todo ello en mitad de la campaña catalana, que arrancó en la noche de ayer.
Precisamente Candini no dudó en abroncar a Duran este verano por responder vía twitter al secretario de Organización de CDC, Josep Rull, tras afirmar, ya en agosto, que la alternativa ante un rechazo del pacto fiscal por parte del Gobierno central, era la independencia. Duran respondió en 140 caracteres:"Sectores de CDC quieren cambios en el Govern, otros dicen con quienes tenemos que gobernar. Hay que dejar descansar a la gente", Candini le amonestó por debatir en público cuestiones internas.