Política

La crisis del PSM y el 'caso Errejón' en Más Madrid dinamitan las esperanzas políticas de la izquierda

En las últimas semanas, la caída a los abismos de la oposición al Partido Popular en la Asamblea de Madrid dibuja un horizonte de calma para el Gobierno

  • Manuela Bergerot y Juan Lobato. -

La izquierda madrileña vive en un bucle constante. El eterno retorno del que hablaba Friedrich Nietzsche. Solo así se explican los más de treinta años que llevan fracasado electoralmente los postulados progresistas en la región, con la excepción del Gobierno de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de la capital entre 2015 y 2019. Pero, en la Asamblea, nada de nada.

Cuando el 28 de mayo de 2023, Isabel Díaz Ayuso arrasó con una mayoría absoluta incontestable, PSOE y Más Madrid, las dos grandes fuerzas de la izquierda, creían firmemente que podían llevar a cabo una labor de desgaste desde la oposición que minase al Ejecutivo 'popular' de cara a unos nuevos comicios en 2027.

Una fecha lejana en el tiempo, demasiado, y a la que todo parece apuntar que ambos partidos llegarán con proyectos diferentes a los que pusieron encima de la mesa en la cita del año pasado. Una muestra más de la fragilidad de la izquierda, que termina engullida víctima de sus propias 'guerras' internas.

El PSM, de nuevo en 'guerra'

El claro ejemplo de todo esto es el PSM. Un devorador de candidatos que, además de su inercia propia, tiene que lidiar con las injerencias de Ferraz, más voraz que nunca en cuanto a controlar todo se refiere. La crisis vivida en los últimos días con Juan Lobato, quien dimitió el 27 de noviembre fruto de la enorme presión de Moncloa y del vacío de sus compañeros de partido. 

A raíz de la información publicada por ABC sobre su implicación en la difusión del correo inculpatorio de González Amador, pareja de Díaz Ayuso, Lobato terminó declarando como testigo el pasado viernes en el Tribunal Supremo. Entregó las actas notariales y entregó, de forma voluntaria, su teléfono móvil para que lo inspeccionaran.

Paralelamente, la gestora del PSM, presidida por Isaura Leal, ha puesto en marcha los mecanismos pertinentes para llevar a cabo la transición en la entidad. Aunque Pedro Sánchez impondrá a 'dedo' el nombramiento de Óscar López, el proceso de primarias debe llevarse a cabo con normalidad.

Será la enésima injerencia de Ferraz en el PSM, dinamitando la legislatura desde el punto de vista político para los socialistas. Además de la nula capacidad para poder llevar a cabo ningún tipo de medida o aprobar un proyecto de ley, hay que sumar el caos que ahora reina.

Más Madrid, un mes sin noticias

Mientras el PSM vuelve a dinamitar sus escasas opciones de presentar un proyecto político a la altura de las exigencias, la situación en Más Madrid no es mucho más halagüeña. Ha pasado un mes desde que el estallido del 'caso Errejón' dinamitó el crédito de la formación progresista.

Cuando varios testimonios salieron a la luz en medios de comunicación y redes sociales sobre un presunto comportamiento machista de Íñigo Errejón, especialmente un episodio del verano de 2023, la dirección de Más Madrid decidió creer al supuesto agresor y no a la víctima.

Loreto Arenillas, entonces jefa de gabinete de Errejón, comunicó a la cúpula de la formación que todo se había arreglado, quitándole hierro al asunto. Un año y pico después, cuando estas declaraciones de nuevas víctimas reabrieron la herida. 

Para evitar dimisiones y una caída en bloque, las portavoces de Más Madrid, Mónica García, Manuela Bergerot y Rita Maestre, abandonaron a su suerte a Loreto Arenillas, a quien exigieron, como sucedió con Errejón, que dimitiese de sus cargos, zanjando un asunto que se ha beneficiado de la crisis del PSM. 

Sin embargo, la jugada les salió regular. Arenillas prometió entregar su acta de diputada, pero un mes después seguimos igual. Es más, pidió la baja médica con fecha de la famosa rueda de prensa de las portavoces para evitar sanción de la Asamblea de Madrid por reiteradas faltas sin justificar a la cámara. Un dislate. 

¿El beneficiado? El Gobierno regional del Partido Popular, que observa desde la barrera cómo se dinamitan los proyectos políticos de sus rivales, los cuales ya habían salido malparados de las elecciones autonómicas de 2023, pero que ahora parecen 'amenazar' con tocar el fondo más hondo del océano.

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