Sectores relevantes del Gobierno de Pedro Sánchez quieren que la comisión de reconstrucción no se limite a una mesa sin arte ni parte. Desean que se convierta en el foro público de acercamiento entre los dos principales partidos nacionales para crear algo parecido a un antesala del acuerdo presupuestario de septiembre. Y trabajan activamente para acercar posturas con el PP, a través de un intercambio fluido de documentos, opiniones y contactos extraoficiales que, según las fuentes consultadas por Vozpópuli, aspiran a tender puentes de cara a la negociación de las cuentas.
La comunicación y colaboración entre ministerios socialistas y dirigentes del PP empezó en el momento más duro de la crisis. Algunos altos cargos intentaron estrechar una relación informal con figuras destacadas del partido de Pablo Casado. Deseaban sortear el enfrentamiento entre los líderes del PP y del PSOE y actuaron al margen del propio Pedro Sánchez. Ahora, después del movimiento de Ciudadanos y ante una crisis económica cuya magnitud y tiempos de recuperación son una incógnita, este acercamiento se mantiene.
Los ministerios que más han trabajado en este sentido son los que se han mostrado críticos con los socios de Gobierno de Sánchez, desde los independentistas hasta Podemos. Fuentes socialistas explican que existe una “buena colaboración” con miembros del partido de Casado. Esta "colaboración” va por áreas. No es generalizada, puesto que el PP mantiene en lo político la distancia de seguridad de un Gobierno que ha destacado por errores en la previsión y gestión de la pandemia.
La conferencia de presidentes
Las áreas que más han buscado este espíritu de conciliación son las que se encuentran en primera línea en la gestión de la recuperación. Básicamente las económicas, las vinculadas a los asuntos territoriales y también las jurídicas. Desde estas áreas se mantienen conversaciones habituales y hasta un intercambio de información y datos reservados con la intención de recoger opiniones y acercar posturas.
Los canales han estado abiertos desde el inicio de la pandemia; con más o menos éxito, pero abiertos. El PSOE y el PP se han comunicado sobre todo a través de la conferencia de presidentes autonómicos. La vicepresidenta Carmen Calvo ha mantenido conversaciones con dirigentes populares. La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño; el titular de Justicia, Juan Carlos Campo; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; o la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, han conducido buena parte de ese diálogo a puntos de encuentro, lejos de la bronca política del Congreso.
"Lo que ocurre en el Parlamento y la legítima discrepancia entre los partidos da una imagen de crispación", dicen fuentes conocedoras de este diálogo. "Pero la realidad es que se ha hecho un trabajo enorme a nivel institucional durante estos meses y el clima ha sido de confianza".
El asunto no es baladí, porque evidencia que detrás de las bambalinas, y más allá de la estrategia de socios del Gobierno como Podemos, que insiste en la división del arco parlamentario, la política busca su hueco. Y en el caso del PSOE lo hace claramente con el interés de alcanzar un pacto de reconstrucción sobre el cual Sánchez aspira a encajar los presupuestos de 2021.
Bruselas quiere amplias mayorías
La sesión parlamentaria del pasado miércoles no fue conciliadora. Pero para los socialistas el debate parlamentario tiene un curso propio y existen márgenes de acercamiento al PP. También los de Casado han tenido sus propios gestos. El pasado domingo los presidentes autonómicos populares agradecieron a Sánchez los trabajos de este foro.
Estas fuentes aseguran que las presiones que llegan de Bruselas obligarán a Sánchez a un paquete económico realista, lo que generará tensiones con sus socios, pero que también obligará a Casado a acercarse a él. "Sin amplias mayorías no llegarán los fondos europeos", recalcan políticos y técnicos conocedores de los movimientos de la Comisión Europea.
Estos sectores socialistas han respirados con alivio tras el gesto de Ciudadanos. En el PSOE empieza a circular con fuerza la idea de que el apoyo de los de Inés Arrimadas es más fiable que el de ERC. Los sectores que apostaban por ERC, como el de Adriana Lastra, se han visto desplazados (y no es la primera vez). Por el contrario, figuras como Nadia Calviño, que llegó como técnica pero ha ganado peso político, se fortalece. Y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha aprovechado esta semana para hablar de “adaptación” del pacto con Podemos y nuevas “exigencias”.
"Sánchez debe elegir"
La clave sigue siendo la misma: “Sánchez debe elegir si quiere a Ciudadanos o a ERC, los dos a la vez no se puede”, recalcan fuentes gubernamentales. En Podemos intentan convencer al Presidente de lo contrario, y apuestan por un baile a cuatro. No se fían de Ciudadanos y sobre todo temen que los votos del PP conlleven un duro precio para ellos. La portavoz Cayetana Álvarez de Toledo lo ha dejado meridianamente claro el martes: “Intentar cuadrar a Frankenstein es misión imposible”.
En el PSOE, pero también en el PP, nadie oculta el impacto de la cumbre de hace pocos días de la CEOE y del Ibex. Según fuentes del PP, también en Europa la presencia de Iglesias en el Gobierno dificulta llegar a acuerdos convenientes. La sensación compartida es que las necesidades económicas obligarán a cambios de rumbo. Los ministros socialistas esperan que la comisión de reconstrucción pueda escenificar este primer acercamiento.