Una de las anécdotas curiosas de la jornada electoral del 27-S la han protagonizado Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola, cuando han acudido a votar a un colegio del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, en la parte alta de Barcelona.
Lejos del bombo mediático que ha rodeado al matrimonio durante los 23 años al frente a la Generalitat, Pujol ha votado cerca de su domicilio, sin séquito de guardaespaldas y tratando de pasar desapercibido. La discreción le ha llevado a no hacer declaraciones a ningún periodista, ya que tan solo ha cruzado unas palabras con unos apoderados del PP y de Junts pel Sí.
Tampoco ninguna cámara de televisión estaba esperando al matrimonio Pujol, caído en desgracia después de que hace un año confesara haber ocultado a Hacienda una fortuna en el extranjero durante más de tres décadas.
Los Pujol han votado de "incógnito" poco después de la apertura de los colegios a las 9.00 horas de esta mañana, ante la indiferencia de la mayoría de los presentes.