Las autonomías destinarán a la sanidad pública una media de 1.204,9 euros por habitante en 2014, con una "gran variación" de más de 500 euros en las partidas presupuestarias de los gobiernos autonómicos. Así lo indica la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) en un informe publicado este martes.
FADSP destaca un "ligero incremento" del 1,13% en la media de los presupuestos per cápita de las comunidades respecto a 2013, cuando el gasto por habitante fue de 1.191,1 euros. No obstante, lo consideran "notablemente insuficiente", ya que todavía está "lejos de los presupuestos de los primeros años de crisis", refiriéndose así a los 1.359,3 euros por habitante de 2009.
Por comunidades, la región que más dinero por habitante destina a la asistencia sanitaria es el País Vasco, con 1.541,7 euros. En el extremo opuesto, se encuentra Andalucía, con 980 euros por habitante, una diferencia de 561,7 euros. Por detrás del País Vasco se sitúan Navarra (1.397,7), Asturias (1.383,1), Cantabria (1.333,3), Castilla y León (1.267,2), La Rioja (1.242,6), Canarias (1,229) y Galicia (1.227,7).
Por debajo de la media nacional se encontrarían, además de Andalucía, Extremadura (1.178,7), Castilla-La Mancha (1.122,9), Aragón (1.119,9), Cataluña (1.091,5), Madrid (1.087,6), Murcia (1.079,1), Comunidad Valenciana (1.079), Baleares (1.048,1).
Aunque en la mayoría de comunidades el presupuesto per cápita de 2014 se ha incrementado respecto a 2013, la FADSP recuerda que las seis regiones en las que bajó (Andalucía, Cataluña, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco) son precisamente las más pobladas, ya que reúnen el 59,62% de la población en España. Además, apuntan que una parte del aumento se debe a la disminución de la población y, aunque podría suponer una menor presión asistencial, recuerdan que este éxodo de población está protagonizado por inmigrantes que vuelven a sus países de origen o a la emigración de población autóctona que, en ambos casos, son "personas mayoritariamente jóvenes y sanas".
De igual modo, algunos de los aumentos presupuestarios van dirigidos a "pagar deudas contraídas por el brutal descenso de los presupuestos sanitarios en los últimos años", por lo que estos incrementos tendrán "escasas repercusiones sobre la asistencia sanitaria".