Gastrópoli

El rincón de la tradición francesa en Madrid se esconde en la antigua lechería de Chamartín

Uno de los sellos distintivos de Brasserie Lafayette es el trato exquisito que recibe cada comensal

  • Brasserie Lafayette

En la calle Recaredo, número 2, se encuentra un lugar donde la tradición francesa se fusiona con la excelencia culinaria: la Brasserie Lafayette. Este restaurante, uno de los referentes de la cocina gala en la capital española, ha sabido conquistar los paladares más exigentes desde su fundación en 2008. Este año, con una propuesta renovada, sigue fiel a su filosofía: ofrecer una experiencia culinaria que combina calidad, atención personalizada y un espíritu auténtico.

Uno de los sellos distintivos de Brasserie Lafayette es el trato exquisito que recibe cada comensal. Sèbastien Leparoux, jefe de sala y fundador, personifica la hospitalidad francesa en cada gesto. Con su amabilidad y profundo conocimiento de la gastronomía, logra que cada visita sea una experiencia inolvidable.

Brasserie Lafayette

En la cocina, Pedro Muñagorri, el chef estrella, aporta su vasta experiencia y creatividad. Con una trayectoria que incluye un Sol Repsol y un reconocimiento por sus innovadoras preparaciones con algas y técnicas como el ahumado, Pedro ha sabido imprimir un sello único en cada plato. Su maestría en el manejo de los cuchillos y su pasión por la tradición francesa elevan cada receta a una obra de arte culinaria.

Un homenaje al queso: la estrella de temporada

En esta temporada, la Brasserie Lafayette sorprende a sus clientes con un plato exclusivo y de edición limitada: la fondue de Mont d’Or. Este queso alpino, famoso por su cremosidad y sabor único, se presenta acompañado de 85 gramos de lomo de vaca madurado y curado en casa, así como de patatas Ratte, una variedad reconocida por su delicado sabor y peculiar forma.

“Es un plato perfecto para los amantes del queso,” asegura Leparoux. La fondue es ideal para compartir como plato principal para dos personas o como entrante para cuatro. Y, como no podía ser de otra manera, se marida con vinos franceses cuidadosamente seleccionados, como un Savagnin del Jura o un Riesling de Alsacia.

Con el objetivo de volver a sus raíces, Lafayette ha renovado su carta para rescatar el espíritu de las 'brasseries' tradicionales. En ella, la materia prima de calidad y las recetas caseras son las protagonistas.

Entre los entrantes, destacan los clásicos como la sopa de cebolla en texturas y las ostras de Legris, que esta temporada se presentan con aliños innovadores, como vinagreta de chalotas o salicornia y espirulina. También brilla la Première Croquette, una delicada croqueta elaborada exclusivamente con bechamel. Para los amantes del mar, los mejillones bouchot, típicos de Bretaña, se sirven con su tradicional salsa beurre blanc o en una cassolette con un toque picante. Y para los que prefieren la carne, las rillettes de corral con aceituna Kalamata o el pâté de campagne son opciones irresistibles.

Innovación y tradición en los platos principales

En los principales, Pedro Muñigorri ha creado propuestas que combinan originalidad y respeto por la tradición. Entre los pescados, destaca el rodaballo con sabayón de champagne y verduras, mientras que el atún blanco del golfo atlántico con salsa Alain Passard rinde homenaje a la alta cocina francesa.

En las carnes, el magret de pato Label Rouge l’orange y el steak tartar aliñado al momento son clásicos que nunca pasan de moda. Además, las nuevas incorporaciones, como lengua de ternera a la plancha con puerro confitado y mollejas crujientes con patata mortero, son un guiño a los amantes de la casquería.

El broche de oro lo ponen los postres. Los clásicos como la crêpe suzette y la tarta Tatin conviven con creaciones más modernas, como el sablé de limón con crema de pistacho. Todo ello acompañado por una selección de vinos franceses elegidos por Leparoux, quien siempre busca sorprender con etiquetas exclusivas y precios contenidos.

Brasserie Lafayette

La experiencia en Brasserie Lafayette no se limita al paladar. El restaurante, ubicado en una antigua lechería de Chamartín, cuenta con una decoración de aire provenzal que transporta a los comensales al corazón de Francia. Además, su terraza acondicionada durante todo el año ofrece un rincón acogedor para disfrutar de una comida inolvidable.

Desde 2008, Brasserie Lafayette ha sido un referente de la cocina gala en Madrid. Su capacidad para reinventarse sin perder su esencia lo mantiene como uno de los favoritos del público. “Queríamos recuperar lo que nos hizo famosos: recetas deliciosas de la tradición de mi país, elaboradas con cariño y perfección,” afirma Leparoux.

Con más de una década de historia, el restaurante no solo mira al pasado, sino también al futuro. La nueva carta incluye propuestas fuera de menú que cambian según el mercado, lo que permite sorprender a los comensales habituales y mantener viva la creatividad del equipo. La Brasserie Lafayette es, sin duda, un lugar donde la tradición francesa se celebra con pasión, cuidado y un toque de innovación.

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