Hace más de trece años desde que estallara la Guerra Civil en Siria. En 2011, en medio de una ola de protestas y levantamientos en casi todos los países de Oriente Medio -lo que acabó por llamarse la 'primavera árabe', el régimen de Bashar al-Ásad se tambaleó ante el alzamiento de una facción rebelde en contra de su gobierno socialista, que sumado a los grupos terroristas armados pertenecientes al Estado Islámico o Al Qaeda creaban una Siria dividida en al menos cuatro grandes facciones. El conflicto había desescalado en los últimos años, menguando parcialmente en algunas regiones; hasta ahora que se ha reactivado tras ofensiva liderada por la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante, que ha acabado tomando la capital.
Hace poco más de una semana este estancamiento se ha roto, en lo que ha significado una nueva etapa de este conflicto que se ha alargado más de una década. El nuevo avance rebelde ha conseguido que el Gobierno de al-Ásad haya huido después de que el pasado jueves la segunda capital de provincia del país, Hama, cayese en manos de los insurgentes islamistas, tras duros combates que obligaron a las fuerzas del régimen a replegarse dentro de su territorio.
El grupo Organismo de Liberación del Levante, quien lideraba la ofensiva, después de varios días de batalla, logró romper las defensas del Ejército sirio en el entorno de la estratégica ciudad de Hama, tomando la urbe y los enclaves principales dentro de ella, como el aeropuerto militar, el principal cuartel de la policía y la prisión; tras lo cual liberaron a varios centenares de prisioneros.
Una guerra con cuatro bandos
El primer contendiente de esta eterna contienda es el Gobierno de Siria, liderado por el socialista Bashar al-Ásad, que fue golpeado por protestas y levantamientos armados simultáneos. El régimen de al-Ásad llegó a perder el control sobre gran parte del territorio, quedando durante un breve periodo de tiempo atrincherado en Damasco -su capital- y los alrededores.
En segundo lugar, los opositores al régimen, numerosos grupos armados de distinta ideología entre ellos -incluso enfrentados entre sí-; entre ellos se encuentra el Ejército Libre Sirio, muy cercano a Turquía o los yihadistas organizados entorno al grupo Hay’at Tahrir al Sham. Por el momento, éstos últimos, mantienen un bastión en el noroeste del país, en la provincia de Idlib.
Hacia el noroeste de Siria, en Rojava, frontera con Turquía se organizan las fuerzas kurdas, organizadas en milicias YPG (Unidades de Protección Popular por sus siglas en español). Los soldados kurdos lograron frenar el avance del ISIS en la ciudad de Kobani en 2015, y desde entonces y con la ayuda de los Estados Unidos, han conseguido expulsar a los terroristas islamistas controlando el territorio sirio al este del Éufrates.
Por último, los terroristas del ISIS, grupo surgido simultáneamente en Iraq y quienes llegaron a controlar una vasta extensión de Siria en su momento de máximo apogeo. Actualmente, ha perdido casi al completo el territorio que antaño conquistó y uno de sus principales líderes fue abatido en febrero por tropas norteamericanas.
Trece años de guerra
El conflicto en Siria comenzó el 15 de marzo de 2011, después de que manifestación masiva sacudiera su capital, Damasco, en medio de la 'primavera árabe', una serie de protestas inciadas en Egipto y Túnez. Las movilizaciones en Damasco -que pedían al régimen de Bashar al-Ásad todo tipo de reformas- era contrarrestada con una violenta ola represión por parte del Gobierno precedida por otra, días antes, contra manifestantes en la ciudad de Daara, que además dejó docenas de muertos.
Los meses siguientes, claves para no escalar el conflicto, el Gobierno sirio combinó una serie de concesiones a los manifestantes con una represión más violenta en la que murieron cientos de personas, según denunciaron en su momento los activistas. Al mismo tiempo, durante los primeros años de conflicto se multiplicaron las sanciones internacionales contra Assad, líder al mando de Siria desde el año 2000, cuando heredó -autocráticamente- el gobierno de su padre Hafez al-Assad tras 30 años en el poder.
Y frente a la creciente represión proyectada por parte del Gobierno sirio, varios grupos opositores formaron milicias armadas, y en muchos casos éstas recibieron apoyo de terceros países, para poder enfrentarse al régimen de al-Ásad formando en un primer asalto en el que lograron tomar territorio, dando comienzo a la guerra civil en el país. Un año más tarde arrancaron los esfuerzos internacionales para acabar con la guerra; entre 2012 y 2013 se sucedieron una serie de rondas de dialogo celebradas en Ginebra, Suiza, y organizadas por las Naciones Unidas entre opositores y Gobierno, pero que no lograron su objetivo.
En 2014 el conflicto se recrudeció cuando el grupo terrorista Estado Islámico en Iraq y el Levante (ISIS, en inglés) lanzó una campaña sobre Iraq y Siria, sumando en una nueva facción a una guerra con múltiples frentes. Dos años más tarde, en 2016, con la asistencia de Rusia, el Gobierno sirio logró avanzar recapturando territorio, incluyendo enclaves como Aleppo. En 2017, entorno al área norte-central del país, los kurdos, con el consecuente apoyo de Estados Unidos, retomaron el control de la ciudad de Raqqa controlada por ISIS, y poco después el grupo llegaría a perder casi la totalidad de su territorio.
En 2020, la Administración Trump aumentó las sanciones al régimen de Bashar al-Ásad, y previamente -en 2018- el estadounidense ordenó la retirada de sus tropas de Siria. Ese mismo año, Rusia y Turquía negociaron un alto el fuego en Idlib, última región controlada por las fuerzas rebeldes. Desde entonces el conflcito ha perdido intensidad, pero siempre se ha mantenido latente con enfrentamientos más concentrados y en menor escala.
Casi 50.000 desplazados
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) para el noroeste de Siria aseguró el pasado martes que más de 48.500 personas -siendo más de la mitad niños- se han visto forzados a desplazarse en las provincias de Idlib y norte de Aleppo, por la ofensiva lanzada hace más de una semana por los insurgentes que consecuentemente desencadenaron ataques del régimen sirio y su aliado más cercano, Rusia.
En un informe, la agencia de la ONU indicó que manejan estas cifras, pese a que hay "movimientos a diario" y que hasta ayer, lunes, "más de 2.600 personas, principalmente mujeres y niños, habían buscado refugio en 12 centros de recepción. La ONU y sus socios están proporcionando alimentos, artículos de invierno, servicios de protección y otro tipo de ayuda, pero las limitaciones de seguridad siguen siendo un reto clave". Dicho documento confirmó que desde el inicio de esta nueva escalada, "al menos 44 civiles han muerto en Idlib y el norte de Aleppo, entre ellos 12 niños y siete mujeres, hasta el 1 de diciembre", mientras que las mujeres y niños "representan casi dos tercios del número de heridos, con 66 niños y 36 mujeres heridos del total de 162 registrados".
Desde que comenzara diciembre, los ataques han afectado a "cuatro instalaciones sanitarias, cuatro escuelas, dos campos de desplazados y una estación de agua, y se están verificando otras cifras", apunta el documento. Al mismo tiempo, la oficina de la OCHA para Siria, con sede en Damasco, indicó que "se ha informado de desplazamientos desde Tal Rifat (zona controlada por kurdosirios en la provincia de Aleppo) hacia el noroeste y el noreste de Siria". También informaron de "nuevas llegadas a las provincias de Damasco, Rif Damasco, Hama, Homs, Latakia y Tartús", todas controladas por el Gobierno sirio.
Sólo ocho hospitales siguen en marcha
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló el martes que únicamente ocho hospitales siguen funcionando de forma mínima en las áreas del noroeste de Siria afectadas por el nuevo foco de hostilidades que ha estallado entre la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante -originalmente una filial de Al Qaeda- y las fuerzas gubernamentales y sus aliados.
Hace tan sólo una semana, 109 centros sanitarios prestaban servicios, principalmente gracias a las inversiones realizadas por la OMS y otros donantes en los últimos años para volver a poner de pie la atención médica en esa zona tan golpeada por la guerra civil que desde hace catorce años sacude Siria. Mientras tanto, la Media Luna Roja Árabe Siria sigue evacuando a los pacientes mediante un sistema coordinado para derivarlos a otras zonas del país. Pero, para ello se necesita que se realicen reparaciones urgentes a una -escasa- flota de cuarenta ambulancias, además de combustible.
Por otro lado, la ONU indicó que la inseguridad y los bloqueos en las principales vías del país han forzado a 65 ONGs en las ciudades de Aleppo e Idleb a suspender su actividad, dejando a los centros sanitarios desbordados o, directamente, fuera de servicio. Las consecuencias de esta nueva oleada de ataques son tales, que incluso el mayor hospital de Idleb, Bab Al Hawa, y el hospital Al Razi de Aleppo, que sólo están atendido casos de urgencia.
"Los riesgos de enfermedades transmitidas por el agua están aumentando, mientras que el hacinamiento en los refugios expone a las poblaciones vulnerables al riesgo de contraer enfermedades respiratorias y de otros tipos", recalcó Christina Bethke, representante de la OMS en Siria.
Maniobras rusas en las costas de Siria
El Ministerio de Defensa de Rusia anunció, el pasado miércoles, maniobras navales de gran magnitud en el Mediterráneo Oriental, cerca de las costas de Siria, además, con el empleo de armamento hipersónico de nueva generación. "Los grupos integrados por diversas fuerzas anti-submarinas y de asalto realizan disparos con misiles, artillería y torpedos, así como bombardeos prácticos", señaló el departamento de Defensa en un comunicado a través de la red social Telegram.
Los maniobras, que comenzaron el domingo, según la nota, son dirigidos por el comandante en jefe de la flota rusa, Alexandr Moiséev. Con este nuevo movimiento, se han sumado 24 aviones -entre ellos cazas MiG-31-, que portan misiles Kinzhal, y también los sistemas de misiles costeros Bastión. Las fragatas 'Almirante Flota de la URSS Gorshkov' y 'Almirante Golovko' realizacon prácticas de tiro con misiles Tsirkón; mientras el submarino 'Novorossiisk' lanzó misiles de crucero Kalibr, que se emplean constantemente en Ucrania.
alexmazallas
08/12/2024 08:09
Me parto. Un poco de periodismo serio no vendría mal. Grupos rebeldes dice, cuando son terroristas islámicos dirigidos y apoyados por lo que dicen que es occidente, y todos sabemos lo que realmente son. Pero tranquilos, que los anglos no van a recibir a los miles de refugiados. Ya los recibe la decadente europa.
leoturek
08/12/2024 18:11
A ver si esta vez se vana refugiar a Irán o a Rusia donde hay mucho sitio y los quieren mucho.
Acontracorriente
10/12/2024 09:39
Los perdedores son los cristianos