El destacado opositor ruso, Alexei Navalni, en paradero desconocido desde hace ya varias semanas, habría sido trasladado por las autoridades rusas a una prisión en la ciudad de Jarp, en el distrito autónomo de Yamalia-Nenetsia, uno de los puntos más al norte del territorio de Rusia.
Así lo ha manifestado la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, en sus redes sociales. "Hemos encontrado a Alexei Navalni. Ahora se encuentra en (una cárcel) IK-3 en el asentamiento de Jarp (...) Su abogado lo ha visitado hoy. Alexei está bien", ha manifestado.
Por su parte, el director de la Fundación Anticorrupción (FBK) creada por Navalni, Ivan Zhdanov, ha empleado la misma vía que Yarmish para asegurar que las autoridades rusas querían ocultar al opositor de la mirada pública.
"Desde el principio quedó claro que las autoridades querían aislar a Alexei (...) Su ubicación estaba oculta. Se bloqueó por completo la información sobre él. Incluso hoy, el Tribunal Supremo dice que no sabe donde está", ha dicho Zhdanov.
"Continuamos en la lucha"
Ahora, tras días de intensa búsqueda de Navalni, el director de FBK ha señalado que el destacado disidente ruso se encuentra en "una de las colonias más septentrionales y remotas en general" de todo el territorio ruso. "Es muy difícil llegar hasta allí y no existen sistemas de entrega de cartas", ha añadido.
"La situación de Alexei es un claro ejemplo de cómo el sistema trata a los presos políticos, intentando aislarlos y reprimirlos. Cómo y a través de quién inicia falsos rumores. Gracias a quienes continúan escribiendo y difundiendo información sobre Alexei y otros presos políticos, continuamos la lucha", ha zanjado.
El entorno de Navalni denunció hace ya unos 20 días la desaparición del destacado opositor, de quien tan solo se supo que había sido evacuado de la cárcel de máxima seguridad en la que cumplía condena.
El Kremlin había negado en todo momento estar al tanto de su situación y condenó las críticas internacionales sobre este caso por considerarlas una injerencia en asuntos internos.
Navalni está considerado uno de los principales símbolos de la disidencia al presidente Vladimir Putin y encadena varias causas judiciales.