Radares móviles de Indra han sido desplegados en la frontera de Rumanía para proteger la frontera de la Unión Europea (UE) y detectar intrusiones de drones, misiles y aviones rusos -Rumanía hace frontera con Ucrania-.
Las particularidades del lugar en el que han sido instalados requerían de radares más evolucionados que los tradicionales. Los radares clásicos son ubicados en emplazamientos fijos para su correcto funcionamiento, con lo que hay que levantar costosas infraestructuras y no se pueden desplazar a otros lugares con celeridad.
Sin embargo, el que ya opera en Cataloi, al noreste de Rumanía, se adapta a cualquier terreno. Puede portarse de un lugar a otro con relativa facilidad y ha sido bautizado como LTR 25. Ya hay diez de ellos si se cuentan los que se están fabricando y los que están operativos. La OTAN dispone de dos unidades y la Royal Navy inglesa de otra más, todos en servicio.
Las dimensiones del radar cuando se encuentra desplegado son de unos once metros de alto y unos tres o cuatro de ancho, que pasan a ser de 6,10 metros de largo, 2,44 metros de ancho y 2,59 metros de alto al plegarse. Son exactamente las mismas dimensiones que los contenedores de transportes de mercancías que se utilizan en los buques y trenes de mercancías. Estos radares pueden doblarse y ser trasladados a otras zonas en cuestión de minutos, lo que dota a quien los posee de una gran ventaja estratégica. Indra espera vender más unidades de los LTR 25 durante los próximos 15 años, lo que da una idea del nivel de su tecnología.
La entrada en servicio del radar de Indra se produjo el pasado mes de agosto y coincidió además con el despliegue en Rumanía de los F-18 españoles como parte de la misión de Policía Aérea Reforzada en la que los aliados se van relevando de forma periódica.
Este equipo se integra a su vez en el Sistema Integrado de Defensa Aérea y Antimisil (NATINAMDS), que protege el espacio aéreo europeo y aporta la interoperabilidad necesaria para realizar las operaciones de defensa aérea de los países.
"Para formar parte de esta red, el LTR25 Lanza ha tenido que superar previamente toda una serie de pruebas llevadas a cabo por la propia OTAN en las que se certificó su capacidad para detectar misiles balísticos. Con carácter general, estimar el punto de lanzamiento, de impacto, trayectoria y el punto de interceptación, teniendo en cuenta los distintos perfiles y fases de vuelo de un misil", explica la compañía tecnológica española en una nota de prensa.
Cerca del Mar Negro
Cataloi, la zona en que se encuentra desplegado uno de los dos LTR 25 de la OTAN, está muy cerca del Mar Negro, desde donde Rusia tiene el potencial de lanzar misiles desde buques de guerra. Otro de los objetivos de estos nuevos radares es monitorizar todo lo que sucede en el espacio marítimo.
"El radar tiene fundamentalmente dos misiones: la vigilancia aérea de drones y aeronaves, y la detección de misiles balísticos que ascienden hasta la la exoesfera y luego se dejan caer casi en vertical. Estos misiles son lanzados desde el mar negro o desde puntos en tierra ilocalizables. Estoy seguro que ha los LTR 25 ya han detectado tanto de este tipo como de los tradicionales. Desde donde están instalados vigilan lo que pasa en Rumanía, Ucrania y Moldavia", concluye Francisco Jiménez, director de Desarrollo de Negocio de Sistemas Integrados de Defensa de Indra.