Por eso, un viaje se coloca entre los primeros puestos del ranking de regalos románticos. Sobre todo este año, que el 14 de febrero cae en fin de semana. Y además, con una ventaja genial: que el regalo también es para ti. Estas son algunas opciones románticas para los que celebren que están de buenas con Cupido.
Praga
Hay unanimidad en que Praga es una de las ciudades más románticas de Europa y no vamos a llevar la contraria a nadie en esto. Los paseos a orillas del río Moldava, el bohemio casco histórico de esta milenaria ciudad, el castillo o el Puente de Carlos son algunos de los imprescindibles que enamoran. Y ya que estamos en estas fechas, una buena opción es subir a la que llaman la colina de los enamorados, en donde se encuentra una estatua del poeta checo Karel Hynek Mácha. Cuentan que quienes coloquen una flor en su pedestal tendrán siempre el amor de su pareja. Por probar que no quede.
Lagos de Covadonga
Hay pocos lugares que causen tanta y tan buena impresión como este perfecto rincón del oriente asturiano donde la naturaleza se viste con sus mejores galas. Disfrutar de las espectaculares vistas de los Lagos de Covadonga es un regalazo del que resulta difícil olvidarse, por eso este viaje es una apuesta segura para los románticos. Si el día está despejado y aún estáis por allí cuando caiga la noche, no os perdáis el espectáculo que ofrece el cielo estrellado. De diez.
Verona
Esta ciudad italiana es un clásico en estas fechas y se ha ganado a pulso su lugar entre el listado de ciudades románticas por unas cuantas razones. Entre ellas, que Shakespeare situó aquí el trágico amor de Romeo y Julieta. Visitar el balcón de la famosa Capuleto es casi una obligación si viajáis a Verona, pero además la ciudad ofrece decenas de posibilidades interesantes: el famoso anfiteatro de la Arena, el palacio Barbieri, la plaza de Las Hierbas, las Casas Mazzanti, la plaza de los Señores, sus iglesias, el teatro romano, el Castelvecchio... La lista es mucho más larga. Por esa razón este destino es otra de las apuestas seguras.
Parque Güell
Dicen que hay gente que llegó aquí sin saber qué era eso del amor y regresó totalmente enamorado. Es una de las virtudes de este parque tan especial diseñado por Antonio Gaudí, que tiene una magia como pocos lugares en el mundo. El único inconveniente es que resulta difícil salir solo en cualquier foto porque todos los turistas han oído hablar de que es parada obligatoria. Sin embargo, si madrugas un poco —en esta época del año abre a las 8:30— lo encontrarás más o menos despejado. La experiencia de pasear por este espacio de fantasía a solas con tu pareja no tiene rival.
Estambul
A orillas del Bósforo podréis contemplar uno de los atardeceres más espectaculares del mundo, y solo por eso Estambul se merece un buen viaje. Pero es que además esta ciudad en la que se mezclan Oriente y Occidente ofrece una experiencia viajera completa con sabores, olores, vistas y colores especiales. Bazares, mezquitas, museos y palacios os esperan para sorprenderos en un entorno diferente que resulta muy atractivo.
Salamanca
Si Romeo y Julieta tienen su particular escenario en Verona, Calixto y Melibea ubican el suyo en Salamanca. Se trata de un jardín en pleno casco antiguo, en la ladera de la antigua muralla salmantina, a los pies del río Tormes, conocido como el huerto de Calixto y Melibea. Revivir en él la pasión que se cuenta en la Celestina es ya una tradición para los enamorados, que además, desde aquí tienen unas estupendas vistas a la catedral nueva. Y ya que estáis por allí hay que darse una vuelta por esta ciudad patrimonio de la humanidad, que no tiene desperdicio. Entre los imprescindibles están la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, la catedral vieja y la nueva, las torres de la Clerecía o el puente romano.
Córdoba
Los que conozcáis Córdoba ya sabéis que es un lugar donde resulta sencillo sorprender: balcones enrejados llenos de flores en el barrio de la judería, el espléndido alcázar construido sobre una antigua fortaleza romana, los palacios, los baños árabes, la espectacular mezquita... Pero además, Córdoba cuenta con un monumento a los enamorados con una buena historia. Se trata de un templete en memoria del amor entre el poeta Ibn Zaydun y la poetisa Wallada. Cuentan que se enamoraron pero lo mantuvieron en secreto, por lo que se escribieron su amor en forma de versos hasta que él le fue infiel con una esclava de la princesa. Entonces rompieron a pesar de que el poeta se arrepintió de sus actos, y es entonces cuando escribió sus versos más desgarradores.