La Agencia EFE se ha enfrentado a varios problemas estructurales desde que estalló la crisis de 2008. El más relevante fue el que provocó el tijeretazo de la aportación anual que recibe de los Presupuestos Generales del Estado, que condicionó su actividad de forma importante y minó sus fuerzas tanto dentro como fuera de España en mitad de la 'gran recesión'. A esta circunstancia hay que sumar otra que todavía afecta a sus resultados anuales, y es la mala situación económica que viven sus clientes.
Porque entre los principales ‘compradores’ de los servicios de información escrita y audiovisual de EFE se encuentran los medios de comunicación y las instituciones. Las segundas se han enfrentado a distintos recortes presupuestarios en este tiempo de turbulencias económicas.
Los primeros, han vivido una ‘tormenta perfecta’, dado que a las dificultades financieras que derivaron de la ‘gran recesión’ hay que sumar el gran cambio en su negocio que provocó la digitalización, que, entre otras cosas, motivó el inicio de la decadencia de la prensa escrita.
Esta situación empeoró tras la llegada de la pandemia de covid-19 y la consiguiente contracción del mercado publicitario, lo que también afectó a EFE. Es cierto que cada vez hay más medios digitales en el mercado, pero también lo es que los tradicionales -los principales clientes de la agencia- no han alcanzado la cifra de negocio de antes de la crisis. Eso ha impactado en su relación con EFE.
Las pérdidas acumuladas de la Agencia EFE
Todos estos factores han provocado que la agencia pública de noticias -dependiente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales- haya perdido 55 millones de euros durante los últimos ejercicios, de los que 9 millones se registraron en 2021. En 2020, perdió 8,9; en 2019, un total de 6,16; en 2017, 12,49 y, en 2016, 9,8. Así se refleja en los informes de cuentas presentados por EFE.
En el año 2008, los ingresos de explotación de EFE ascendieron a 102,8 millones de euros, mientras que en 2021, a 85,36 millones. Este dato fue mejor que el de 2020 (84,39 millones), pero no sirvió para reducir las pérdidas.
En este tiempo, cayó la facturación de los servicios de noticias de España en 420.000 euros y de Deportes, en 260.000. Por contra, subió la de Internacional (100.000 euros), Economía (162.000) y servicios gráficos (230.000) y de vídeo (280.000).
"La situación excepcional derivada del covid-19 ha tenido cierto impacto sobre la actividad de la empresa. Por un lado, ha afectado negativamente a las ventas de servicios (...) y, por otro, ha hecho que disminuya el nivel de actividad en la empresa como consecuencia de las restricciones nacionales e internacionales a la movilidad, así como también por un menor volumen de grandes acontecimientos", expresa la Agencia en sus cuentas, en las que indica que en este tiempo se registró una subida de los gastos de personal de 65,2 a 66,94 millones de euros que se debió al ajuste realizado sobre sus remuneraciones.
Los planes de sus responsables
La situación patrimonial de EFE es compleja, sin embargo, los responsables de la empresa pública se escudan en la normativa que aprobó el Ejecutivo tras la declaración de la pandemia para evitar que la empresa se declare en causa de disolución.
Fuentes oficiales afirman que durante los próximos meses, antes del final de año, se espera aprobar un nuevo plan estratégico que trate de mejorar la competitividad de la agencia pública de noticias. Se realizará -expresan- con posterioridad a la firma del nuevo convenio colectivo, que se encuentra en negociación.