Esa es una de las conclusiones de un estudio publicado hoy por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) de Austria, en cooperación con el Instituto Meteorológico Noruego, la Universidad de Tecnología Chalmers de Suecia y el Centro de Coordinación para Efectos de Holanda.
"Muchos países han estado subvencionando el diésel por considerar que sus emisiones contribuyen en menor grado al cambio climático", algo que es un hecho, recuerda Jens Borken-Kleefeld, del IIASA, en declaraciones a Efe.
Pero ante la evidencia de los efectos nocivos directos que tienen los óxidos de nitrógeno (NOx) -un producto cancerígeno- en la salud de las personas, este científico considera que los Gobiernos "deberían replantearse esa política de subvencionar el diésel".
Ya en un estudio anterior, de febrero de 2015, el IIASA había advertido de que el aire que respiran los europeos superaba los límites de contaminación fijados por la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un comunicado emitido hoy, los científicos recuerdan que "alrededor de 425.000 muertes prematuras anuales se asocian con los niveles actuales de contaminación atmosférica" en la citada región (la UE, Noruega y Suiza).
"Más del 90 % de esas muertes son causadas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la exposición a material particulado", del que "el NOx es un precursor clave", destacan.
La investigación actual, publicada en la revista especializada Environmental Research Letters, alude al fraude del grupo automovilístico Volkswagen, destapado hace dos años, por la manipulación de los datos sobre esas emisiones de sus vehículos.
El escándalo, que entretanto afecta a varios fabricantes de automóviles, ha revelado que cuando circulan en situación normal las emisiones contaminantes de gran parte de los vehículos diésel superan entre cuatro y siete veces a las registradas en las pruebas de laboratorio.
"Este nuevo estudio estima que cada año unas 10.000 muertes prematuras (370 en España) pueden atribuirse a las emisiones de óxidos de nitrógeno de los automóviles, furgonetas y vehículos comerciales ligeros de motores diésel", explica el IIASA.
Y alrededor de la mitad de esas muertes, es decir, unas cinco mil (170 en España), "se deben a que las emisiones de NOx son mucho más altas que los valores límite establecidos", añade.
Pero incluso si se cumplieran los límites, el diésel continuaría siendo claramente más perjudicial para la salud humana que la gasolina. Así, los científicos estiman que cuatro de cada cinco muertes por NOx se evitarían si todos los coches diésel se sustituyeran por otros de gasolina.
La situación ha ido empeorando en los últimos años pues "la proporción de coches diésel en la UE ha aumentado hasta alcanzar cerca del 50 % de la flota", con lo que actualmente hay más de cien millones de esos motores circulando en Europa, lo que supone "el doble que en el resto del mundo".
La situación varía de país a país, Italia, Alemania y Francia son los que registran el mayor número de muertes prematuras atribuibles a las emisiones de motores diésel, mientras que los números más bajos están en Noruega, Finlandia y Chipre, "donde los riesgos son, por lo menos, catorce veces inferiores a la media".
España, a pesar de su elevada proporción de diésel en su parque de vehículos (70 % frente al promedio del 50 % en la UE), se sitúa por debajo de la media de la región en cuanto al daño causado per cápita, que es de 0,8 muertes por cada cien mil habitantes, frente a 1,9 en el total de la zona estudiada.