Opinión

Ferrovial: reacción populista inédita

Esta misma decisión de localización de la sede de la empresa la vienen tomando empresas y bancos multinacionales desde el siglo XX ¡y no ha habido nunca una reacción populista como ésta!

  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

El Gobierno de España, desde el presidente del Gobierno hasta la ministra Calviño, y la coalición con Unidas Podemos y en concreto su portavoz, han reaccionado con comentarios de todo color en contra de una decisión de carácter privado que atañe a una empresa privada, sin capital estatal.

Es importante comentar varios aspectos por la singularidad de la reacción del Gobierno, del tipo de Gobierno que tenemos, y la clara orientación política del mismo.

Las empresas nacen y se desarrollan en democracia, donde el concepto de propiedad privada es indiscutible y unívocamente claro. No es a medias, ni mixto,  ni "de momento", o "ya veremos". O sea, es un principio de muy largo plazo.

Si esto no se respeta, se rompe la baraja, y estamos hablando de otro juego y de otra economía. Las economías de mercado se sustentan y operan sobre este mínimo principio básico. Los intentos de no respetar este principio, con fórmulas variadas, han fracasado empíricamente desde la Alemania nazi, la Rusia soviética, la Cuba de Castro, el Chile de Allende, etc.

Una empresa nace por definición con capital privado, y por una idea o concepto único del(los) fundador(es). Afrontando el riesgo del fracaso, y de perder su inversión, además de cargarse con deudas de proveedores, bancos, empleados, etc. Si la empresa crece, se desarrolla, madura y es viable, que se sepa, nadie le ha regalado nada. Todo esto es fruto del esfuerzo y trabajo de la empresa, y de los integrantes de esa unidad económica, de ese actor como también se le denomina.

¿Se puede decir tan alegremente como dijo un portavoz del Gobierno, que una empresa, Ferrovial, se lo debía todo al dinero de los contribuyentes de España? Cómo si a esta unidad económica le hubieran otorgado a dedo los contratos de Obra Pública que había ganado. Está claro que hay que haber trabajado en alguna empresa, alguna vez en la vida, para opinar para bien o para mal de lo que hace una empresa. Luego han venido las amenazas, que van subiendo de tono, ¡de exigirle a las empresas -Ferrovial la primera- mediante una proposición de ley que promueve Podemos, que devuelvan las ayudas que han recibido en los últimos 10 años! ¿No constituye esto una amenaza y no tan velada contra una empresa? (¿Y todas las demás?).

Hay que haber trabajado en alguna empresa, alguna vez en la vida, para opinar para bien o para mal de lo que hace una empresa

La decisión de cambiar la sede social de Ferrovial fue tomada por el Consejo de la empresa, que es como se toman las decisiones, por el órgano de gobierno de la misma. La decisión afectará a muchos stakeholders, es algo que habría que analizar con mesura y rigurosidad. Esta misma decisión de localización de la sede central o jurídica de la empresa la vienen tomando y la han tomado empresas y bancos multinacionales desde el siglo XX, a vista y paciencia de todos los Gobiernos europeos, y enfrente de la UE, de EEUU, Japón, China, etc., ¡y no ha habido nunca una reacción populista como ésta!

El Gobierno pregona ser democrático, abierto, inclusivo, igualitario, bueno, etc. Y una serie de otros adjetivos como el de "resiliente", que es un concepto que se maneja desde los años 60, y que hace unos pocos años se analizó en un artículo en Harvard Business Review, y que básicamente nos permite sobreponernos a unas condiciones adversas y salir victoriosos. Pero eso ya sería un enfoque cultural, y no es una decisión ni ministerial ni gubernamental. ¿Cómo se explica entonces esta sobrerreacción a la decisión de una empresa, repito, privada? La política de la empresa es establecer los objetivos y la forma de alcanzarlos para crear riqueza. La política a secas es el gobierno de las organizaciones, o sea, cómo se gobierna esta organización que es este país, España.

Y finalmente, para poner la guinda que faltaba al pastel, la patronal, CEOE, que en teoría representa a los empresarios, tiene como presidente a una persona que no es empresario, y que obviamente no siente ni piensa lo mismo que un empresario que ha pasado por todas las vicisitudes de montar y sacar adelante una empresa.

Patricio Silva del Peso es empresario y profesor.

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