Un vendaval antifranquista impulsado desde la factoría de ficción de Moncloa recibe el nuevo año. Una kermesse fanatique que, bajo su aura de celebración de libertades, oculta una artimaña rastrera y elemental. No pretende Sánchez esperar dos años más para festejar el medio siglo del advenimiento de nuestra recuperación democrática. En 1976, la Ley para la Reforma política; en 1977 primeras elecciones y en 1978, referéndum constitucional. Ocasiones había para rendir pleitesía a la España de la Transición. Pero el presidente tiene prisa y se ha abalanzado sobre el cincuentenario del fallecimiento de Franco, en la camita y con el brazo de Santa Teresa en la mesilla del hospital, con una urgencia desesperada. Ni siquiera un tres por ciento de los españoles consideran necesario recordar semejante efeméride. Aquel general se murió y, venturosamente, llegó la era de la libertad que por el momento disfrutamos. Se trata de un montaje fullero y fuera de lugar, diseñado para ocultar los problemas que asfixian a la Moncloa, a Ferraz y a sus gentecillas cuatreras y saqueadoras.
La primera entrega de los cien episodios de los que consta esta serie necrófila está convocada para el día 8 de enero, una fecha que nada significa en el calendario franquista. Hasta el punto de que su protagonista estaba por entonces vivito y coleando. Poco, pero aún coleaba, porque ya andaba a vueltas con la flebitis, pero ese día se mantenía en pie. Incluso, según han recordado ahora algunos medios, dedicó la fecha a recibir a personeros del cuerpo diplomático acreditado en Madrid.
El presidente del Gobierno quiere imponer el guión del nuevo año, plagado de previsiones muy incómodas para sus intereses. De entrada, el 9 de enero está citado a declarar su hermano el melómano, David Sánchez (Azagra para el público), imputado por los presuntos delitos de tráfico de influencias, prevaricación, malversación y fraude fiscal. Mal asunto entrar en 2025 bajo el mismo signo por el que discurrió el anterior, ese torbellino de episodios de corrupción que se apoderaron del debate político nacional y que movieron al gran narciso a recluirse en su choza para meditar sobre su futuro. El ejercicio de trapisondismo mas delirante de nuestra reciente historia.
Se trata de una ceremonia estrictamente castrense, en la que el jefe del Estado se reúne con sus compañeros militares, repasa la actividad desarrollada en el tiempo anterior y los anima a mantener el mismo espíritu y entrega para lo que viene. Sólo habla el Rey. Sánchez oficia de figurante del montón
Para cambiar el foco de los titulares, Sánchez se ha inventado el año de Franco y ha metido prisa a los programadores para arrancar cuanto antes el disparate. De ahí lo del día 8, la víspera de que el hermanísimo comparezca ante los tribunales. Y, casualmente, tan sólo un par de días después de la celebración de la Pascua Militar, el acto que inaugura el calendario oficial del nuevo año. Se trata de una ceremonia estrictamente castrense, en la que el jefe del Estado se reúne con sus compañeros militares, repasa la actividad desarrollada en el tiempo anterior y los anima a mantener el mismo espíritu y entrega para lo que viene. Sólo habla el Rey. El presidente del Gobierno permanece a su vera, a la derecha de la Princesa y en silencio absoluto. Un figurante más, con tanto protagonismo como un impertérrito furriel.
Quizás para arañar algo de foco y, sobre todo, para desestabilizar tanto el acto como a quien lo preside, a Sánchez se le ocurrió invitar al Rey a esa primera entrega de las franquicias del 25, un detalle nada amigable, un ardid venenoso que sitúa a la Casa Real ante una disyuntiva endiablada. Si Felipe VI rechaza la invitación, es un filo-facha de cuarta, digno heredero del generalote que le regaló la Corona a su padre. Si acude a la cita, pone la Institución al servicio del sanchismo y la alinea con los enemigos de la Constitución, el grupúsculo de los liliputienses periféricos que abominan de España y de cuanto la monarquía representa..
En este primer envite, la Zarzuela tiene la agenda ocupada, con una presentación de cartas credenciales de embajadores que se estrenan en Madrid. Quizás por eso eligió Moncloa tal día paa abrir la serie. Sabía que Su Majestad no podría asistir. Ruido, polémica, tormenta en los medios y menos interés por las corrupciones que implican a la familia del presidente y a sus más fieles colaboradores. Este es el objetivo. 'Ganar el relato' que diría el Fiscal General imputado.
Sólo Sánchez se acuerda de Franco. Sólo él lo recupera, lo tiene presente, lo adoba, lo jalea, lo exhibe y lo procesiona. El antifranquismo es el engrudo que cohesiona al conglomerado Frankenstein, ahora sacudido por todo tipo de turbulencias internas
Esta estratagema implica un paso más, sin duda el más peligroso, en la línea de actuación de Sánchez, que discurre fundamentalmente por alentar la polarización, agitar la división, reforzar el muro, animar los rescoldos de un pasado fraticida y desterrar todo espíritu de concordia y convivencia que han caracterizado a este medio siglo. Sólo Sánchez se acuerda de Franco. Sólo él lo recupera, lo tiene presente, lo adoba, lo jalea, lo exhibe y lo procesiona. El antifranquismo es el engrudo que cohesiona al conglomerado Frankenstein, ahora sacudido por todo tipo de turbulencias internas. Es el único elemento que aúna a todas las formaciones que pretenden arrasar con lo que arrancó hace cincuenta años. Unidos por el odio a la derecha, alineados en el rencor y el rechazo hacia el marco democrático que se dieron los españoles hace cinco décadas. La izquierda utiliza el franquismo como si fuera algo vivo, como si entrañara algún riesgo de regresión, como si fuera un ogro feroz que llama a de nuevo a la puerta. Exhiben a Vox como el fantasma redivivo de aquella dictadura y con eso tienen suficiente para apretar sus filas y espantar divisiones internas y asegurar su supervivencia. ¿Qué puede, si no, aunar a la carcundia nacionalista vasca, los sacristanes xenófobos catalanes, los herededos del pistolón, los grupis de Lenin y los cofrades del Grupo de Puebla sino ese aversión impostada hacia un pasado que ya feneció?
Por vez primera, esta añagaza ponzoñosa coloca aviesamente al Rey en lo alto del muro, para que tenga que elegir, para que abandone esa neutralidad a la que le obliga la Constitución y se moje por una de las dos partes en las que el sanchismo ha dividido a la Nación. Felipe VI podrá escapar de esta primera encerrona. Su agenda le excusa. Pero hay programadas otras 99 citas con el espectro de Cualgamuros a lo largo del año. ¿Cómo esquivará el Monarca esta celada? Y lo que es más incierto, ¿cómo saldrá de ella? Y lo que es mejor, ¿cómo estos cabezas de huevo de la Moncloa van a incorporar los fusilamientos de verano del 75 a su programa de la celebraicón de las libertades?
HUNTER
01/01/2025 11:01
El engrudo que une a toda esa chusma no es el odio a la derecha, sino el odio a España. Por otro lado el Rey puede tranquilamente rechazar cualquier invitación del sátrapa. Igual que no vota a ningún partido, tampoco tiene por qué ir a un acto de ningún partido, que es lo que es estos fastos obscenos e inmorales
vara
01/01/2025 20:34
Estimado Hunter, en efecto, odian a España, pero como el PSOE no puede salir con ese argumento, 'franquizan' ese odio, y lo revisten de odio a la ultraderecha.
logowa4117
02/01/2025 10:47
Hará bien el rey en no ir a este aquelarre de corruptos. De todas maneras, nadie se lo agradecería y eso no iba a librarle de más y más críticas y ataques. Y si acude, estará dinamitando su propia legitimidad.
giledu
02/01/2025 13:02
Cuánto apesebrado, dilapidadores del dinero de todos, marionetas de hilos ideológicos, enganchados al "que lo pague el otro". Han conseguido tener un montón de indignos ciudadanos e indigna sociedad civil. Organizaciones que se quedan con el dinero de todos, instituciones colapsadas por inútiles. Lo de Paquito, que lleva más muerto que tiempo estuvo en el poder, es la más vergonzosa manifestación de despilfarro con seguimiento de asqueroso marketing ideológico. Y la mitad de ciudadanos se mofan del tema y la otra mitad consentimos.
vara
02/01/2025 13:36
Amigo giledu: Entre el consentimiento y la mofa. Muy desesperante. Feliz Año.
vara
02/01/2025 13:53
Amigo Iogowa, lo dicho, una trampa envenenada. Veremos. Feliz Año.
gavilan1960
02/01/2025 17:17
Se convertirán en actos de enaltecimiento. Son actos de naturaleza netamente política a los que el Rey no debe acudir. Son actos divisivos, para aumentar "el muro"
logowa4117
02/01/2025 17:42
Se agradecen los comentarios del autor del artículo. Muy pocos lo hacen.
Didac Fontdelgat
Toma ratita, un chupachups con sabor a fango y aroma a perineo oloroso que sé que te gusta. Que lo disfrutes.
vara
02/01/2025 18:48
Hola Didac, un comentario tan vacío que ni siquiera cabe la náusea