El portavoz de Angela Markel ha aclarado que el Gobierno alemán no quiere "que haya crecimiento a través de nueva deuda, sino a través de reformas estructurales".

Las exigencias de austeridad de Berlín a toda la UE no tienen cabida en la potencia germana: ante la pujanza sindical, la gobernante CDU plantea ahora introducir el salario mínimo en los sectores que aún no lo tengan y elevar el actual.

El político italiano advierte de que si la Alemania de Merkel tiene tan claro su papel, la alternativa es que los demás aúnen esfuerzos. 

El titular de Economía germano, Philipp Rösler, echa por tierra las pretensiones de que el banco central amortigüe la crisis de deuda. El gobierno germano mantiene sus previsiones de crecimiento del 0,7% en 2012 y de un 1,6% en 2013.

Hoy la Bolsa alemana va a proponer a sus inversores un nuevo producto derivado sobre la deuda francesa. Una decisión que provoca gran revuelo en plena campaña presidencial en Francia. 

Sarkozy, Monti y Draghi: los máximos dirigentes europeos atacan a España para alejar el foco de atención de los puntos débiles de sus propias economías.

Los futuros empleados extranjeros recibirán en el momento de su incorporación un curso gratuito intensivo de alemán de dos meses y un reembolso de gastos durante este período.

Las políticas de austeridad cada vez encuentran más detractores entre economistas y líderes políticos, que advierten cómo Europa se enfrenta a un nuevo periodo de recesión. El consenso sólo se alcanza con aquellos países que han perdido la capacidad de financiarse por sí mismos, donde los recortes imperan a pesar del coste social implícito.

Momento decisivo para la industria de energía solar alemana: Q-Cells es la cuarta empresa solar en declarar la quiebra desde que los asiáticos son más competitivos y que el Gobierno ya no subvenciona los paneles solares.

La coalición gubernamental toma esa medida ante la falta de mano de obra cualificada y la fuerte demanda de las empresas en ingenieros, informáticos y médicos.

Madrid ambiciona la presidencia del Mecanismo Europeo de Estabilidad, que se creará en julio. Una candidatura que tiene muchas opciones, según France Presse.

El primer poder económico de Europa acelera su consolidación fiscal. Angela Merkel quiere que todos los socios de la UE respeten los techos de déficit que Alemania cumple.

La canciller alemana muestra un apoyo infalible al presidente francés Nicolas Sarkozy, candidato a su propia sucesión. De su victoria en los comicios presidenciales depende mucho el futuro de Merkel y el de Alemania en la Unión europea.

En Alemania, ocho millones de personas cobran salarios mínimos que no superan los 9,15 euros brutos por hora.

Los socialdemócratas, con el apoyo de los sindicatos, exigen que la reforma de pensiones sea aplazada porque, según ellos, no hay suficientes contribuyentes para garantizar la viabilidad del sistema.

El semanario germano Der Spiegel asegura que el Gobierno alemán no cumplirá con sus propias metas de reducción de gastos en 2011.

La patronal alemana ha propuesto una subida del 3,3% del salario de los empleados públicos. Los sindicatos, que convocaron cinco jornadas de paro la semana pasada, rechazan esta cifra y piden un 6,5%.

El Estado alemán ha participado en la ampliación de capital del Commerzbank a través del Fondo de Estabilización de los Mercados Financieros (SoFFin, en sus siglas en alemán). SoFFin ha

La reforma laboral equipara a España con sus vecinos en cuanto a indemnización, pero la protección social difiere mucho del resto en gasto o condiciones de acceso.

Sólo Reino Unido y Chequia se desmarcab de la iniciativa, que es un intento por recuperar la confianza y frenar la crisis de deuda soberana en la Unión Europa. El déficit máximo deberá ser del 0,5% del PIB

La canciller alemana, Angela Merkel, ha cedido a la presión del resto de socios de la UE y del G-20 y está dispuesta a aceptar un aumento del fondo de

Como el algodón, la estadística no engaña: España es la oveja negra del desempleo. Con un 21,52% según el INE y un 22,9% según Eurostat, el paro es el fardo con el que el país acude a los mercados, a las cumbres internacionales. Una lacra que ya ha achicharrado a un Gobierno y que crece sin cesar, dando pie a ideas variopintas procedentes de toda índole –organizaciones, patronales, sindicatos, fundaciones, partidos- para atajar un mal que, hace tiempo, es endémico y terrible.