España destina una quinta parte del dinero que gastan otros Estados como Alemania, Francia, Reino Unido o Estados Unidos en sus principales agencias de espionaje, cuya media está en 24,98 euros. 

La del CNI es una historia triste jalonada de agujeros negros tan oscuros como los atentados del 11 de marzo de 2004, tragedia de la que pasado mañana se cumplen 10 años, y que cogió a nuestros “espías” por sorpresa, en uno de esos casos de ineficacia criminal por el que el país ha pagado un precio altísimo no solo en vidas, sino en cambio radical de su destino histórico. 

Detrás de toda gran operación de inversión en el exterior operan una serie de fuerzas ocultas que el simple promotor o constructor no controla, porque su importancia le rebasa. Es lo que se denomina Inteligencia Económica Internacional, cuyo desconocimiento o correcta utilización puede hacerte perder o ganar un contrato.

Ninguna crítica hacia los servicios secretos españoles y muchas dudas sobre la actuación de la inteligencia americana. Esto es lo que han suscitado en los principales grupos parlamentarios las explicaciones dadas esta mañana en el Congreso a puerta cerrada por el director del CNI, el general Félix Sanz, quien ha comparecido a propuesta del Gobierno para dar cuenta de las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense.

Alianza entre dos ingenierías españolas para uno de los contratos del año en el sector. La compañía pública Ineco ha buscado en este caso un aliado en el sector privado y lo ha encontrado en la cotizada Técnicas Reunidas para presentar una oferta conjunta para el diseño del sistema ferroviario de Omán. Una obra en la que el país de Oriente Medio planea invertir más de 10.000 millones de euros.

La escasa o nula colaboración que hasta ahora han ofrecido los presidentes de los grandes bancos al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para contribuir a anticipar las tormentas financieras y proteger así al Estado y a las empresas españolas más internacionalizadas, ha llevado al Gobierno a pedirles que estrechen sus relaciones con los servicios secretos y también a reconsiderar la dependencia orgánica de la unidad de Vigilancia Económica que viene operando en el propio CNI desde hace tres años.

Si realmente la princesa Corinna es tan “amiga entrañable” del Rey Juan Carlos como ella misma reconoce, los servicios secretos han estado poco despiertos a la hora de protegerla, siempre que se den por buenas las explicaciones ofrecidas esta mañana por su máximo responsable, el general Félix Sanz, ante la comisión de gastos reservados del Congreso. “El CNI nunca ha tenido trato con Corinna”, les ha dicho su director a los portavoces parlamentarios.

El próximo martes, 19 de marzo, el director del Centro Nacional de Inteligencia, general Félix Sanz, antiguo jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), comparecerá ante la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para dar cuenta del intenso, demoledor para la institución monárquica, affaire Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

"El nombre en clave de Corinna de todos los servicios de seguridad era 'Ingrid'. Hay muchas minutas escritas sobre ello. Del CNI, del que más", según el secretario general del Sindicato Unificado de Policía. IU pedirá al director del CNI esas minutas elaboradas, según la formación, durante las visitas de la princesa a España. Sanz Roldán comparecerá en semanas ante la comisión de secretos oficiales. 

IU pide explicaciones al Gobierno de la relación de Corinna con los servicios de inteligencia españoles. La formación está a la espera de respuesta de otra pregunta que planteó en enero de 2013 y que la Mesa del Congreso tramitó favorablemente. El Ejecutivo no ha contestado. 

Sería la primera vez que un miembro del CNP se podría convertir en jefe de los espías españoles, un cargo donde se ha optado siempre por un militar o por un civil, aunque su nombre no despierta unanimidades. La sucesión de Félix Sanz Roldán está sobre la mesa desde que el PP ganara las elecciones el pasado 20-N. Los populares consideran ya insostenible su continuidad.