El ritual no ha cambiado tanto. Solo por esa desconexión de hora y media en la que Whatsapp, Twitter, Instagram y Facebook no ocupan el centro de nuestras vidas, todavía merece la pena pagar la entrada

Los laboratorios de microbiología vivieron semanas al borde del colapso. Nervios, escasez de reactivos y turnos interminables fueron la tónica habitual. Esta es la historia de los científicos que tuvieron que reinventarse para suministrar pruebas PCRs en los peores momentos de la pandemia.