Las empresas están aumentando sus márgenes empresariales pese a las bajadas de sueldos de los trabajadores y la caída de las ventas. La falta de crédito puede explicar que suban sus precios “como forma de financiación interna”, denuncia el Banco de España que investiga si las compañías se financian a costa de sus consumidores porque no pueden hacerlo mediante el sistema bancario.

¿Qué tienen en común una empresa que se dedica a la venta de relojes de lujo y una que comercializa bebidas alcohólicas? Aparentemente nada, pero el arte es la bisagra que ha conseguido unirlas. A éstas y a otras mucho más variopintas. Firmas como Renfe o Asisa son conscientes de lo importante que es promover y patrocinar la cultura. Por eso llevan un lustro celebrando sendos certámenes de fotografía.

Presionadas por la sequía financiera, las Comunidades Autónomas se han visto obligadas a recortar en esas áreas que escapan del control, de los criterios de selección o de los topes salariales. No obstante, por el cruce de datos entre la EPA y el Registro Central de Personal, aún quedan unos 285.000 contratados por las CCAA en empresas, organismos y fundaciones.

Aquella convocatoria tenía todos los visos de ser una encerrona, y de hecho Antonio Brufau, presidente de Repsol, la sintió como tal cuando, el sábado 1 de junio pasado, se dirigía hacia el Hotel Arts de Barcelona, donde acababa de ser citado por los tres accionistas de referencia de la petrolera: el presidente de La Caixa, Isidro Fainé; el de Sacyr, Manuel Manrique, y el de Pemex, Emilio Lozoya.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, aseguró que pedirá responsabilidades a las concesionarias de los contratos de limpieza por el incumplimiento de los servicios mínimos en la huelga que están llevando a cabo los empleados en protesta por el recorte de empleos planteado. La posición del Ayuntamiento es más que comprometida toda vez que tiene una deuda de más de 200 millones contraída con estas compañías.

Una vez que los hogares y sociedades no financieras han pagado deuda, ¿cuánto les queda de ahorro? De acuerdo con las cifras del Banco de España, la cantidad asciende prácticamente a cero. La hucha está vacía. Una deuda disparada, un mercado laboral laminado y una presión fiscal asfixiante anulan el ahorro y por lo tanto impiden el desarrollo de la inversión doméstica, esencial para que se produzca una recuperación sostenible.