Cuando Jazmín Carro tenía 14 años, una discusión familiar cambió su vida para siempre. En un momento, dice, de enfado y frustración, acusó a Julio, su padre, de haber abusado sexualmente de ella durante su infancia. Lo que comenzó como "un arrebato", según describe, terminó convirtiéndose en una denuncia formal que resultó en la condena del progenitor a 15 años de prisión por abuso sexual continuado y corrupción de menores.
Después de cinco años, Jazmín ha asegurado que su acusación fue falsa y busca desesperadamente que las autoridades reevalúen el caso. "La historia la tomé de algo que le pasó a una amiga muy cercana. Lo hice mío y dije cómo que me pasó a mí cuando en realidad no fue, no pasó nunca eso. Las cosas han llegado muy lejos. Me arrepiento y quiero que lo saquen de la cárcel".