La salida en 2007 de 'Stalker: Shadow Of Chornobyl' supuso un soplo de aire fresco como pocos títulos han producido en la industria. Tras seis largos años de desarrollo, GSC Game World lanzaba un espectacular mundo abierto postapocalíptico enfocado a la supervivencia más pura. Al igual que su secuela, el juego nos ponía en manos del 'marcado', un superviviente de 'La Zona' que debe buscarse la vida con todo en contra.
Inmediatamente, el juego pasó a ser considerado de culto, y así ha permanecido hasta nuestros días. La especulación sobre una segunda parte oficial, pues títulos como 'Clear Sky' o 'Call of Pripyat' llegaron a nuestras vidas para sacar el ansia por esta saga tan particularmente exitosa.
Al igual que pasó con la entrega original, levantar este videojuego le ha llevado años a GSC Game World, pues la compañía ucraniana ha tenido que lidiar con enormes problemas, incluida la invasión rusa iniciada en febrero de 2022. Finalmente, ya lo tenemos aquí y sus primeros datos de ventas apuntan a un éxito rotundo, pues se ha superado el millón de copias vendidas en apenas unas semanas en el mercado.
Para aquel jugador que no tuviese la oportunidad de probar la franquicia hasta el día de hoy, el mundo abierto de Stalker, además de ser pionero en su género, es lo más parecido a la propuesta que 'Metro Exodus' puso encima de la mesa hace unos años. 'Stalker 2: Heart of Chornobyl', no obstante, consigue hacer brillar la fórmula sin grandes cambios jugables, pero con un apartado gráfico que roza la matrícula de honor.
En Vozpópuli hemos podido jugarlo en su versión de PC. Y, después de cincuenta horas deambulando por 'La Zona', con el añadido de los dos parches que la compañía ha lanzado para pulir fallos y bugs, podemos decir a la comunidad que esté tranquila. 'Stalker' ha vuelto por la puerta grande.
'Stalker 2: Heart of Chornobyl', una propuesta gigantesca que necesita tiempo para asentarse
Gracias al motor Unreal Engine 5, 'Stalker 2' consigue que el regreso a Prípiat sea una delicia visual. Cada detalle, las enormes texturas que abarcan el gigantesco mapa, y la aleatoriedad de su mundo convierten esta experiencia en un desafío inolvidable.
A nivel de mecánicas, es una IP continuista, pero es que la grandeza del primer título evidenció el acierto de dichas mecánicas, por lo que mantenerlas parecía más que evidente. Al igual que en 2007, y sin hacer spoilers de la trama, manejamos a un stalker. Un malnacido que ha tenido la desdicha de adentrarse más allá del área de seguridad de Chornobyl.
Algo que pedíamos era que se mantuviese la sensación de indefensión absoluta, y así lo ha calcado GSC Game World. No importa si son monstruos, soldados o animales, deberás estar alerta en todo momento. La reconstrucción de escenarios es idéntica a la del primero, pero con la enorme mejora gráfica que atesora la secuela.
La parte mala, porque la hay, son los problemas técnicos que pueden aparecer durante la partida, pero muchos de ellos han quedado subsanados tras el lanzamiento de los dos parches, y es algo que hay que recalcar también.
Si destacamos su apartado visual, el sonoro no se queda lejos. Gran trabajo a la hora de recrear los sonidos propios de un mundo desierto y abandonado, así como los disparos de las diferentes armas. El gunplay, por otro lado, luce portentoso y es todo un acierto.
El juego te suelta sin más instrucciones que un pequeño prólogo delimitado que dura unas horas, el resto deberá salir de tu ingenio e innata capacidad de supervivencia. Cada botiquín, cartucho de balas y alijo de salud es vital para vivir un día más en 'La Zona'.
La gran variedad de misiones secundarias acompañan de maravilla a la trama principal, más lineal, y descubren el lado paranormal y perturbador que ya es marca de la casa en la saga 'Stalker'. A diferencia de otros mundos abiertos que pecan de buenistas, en 'Stalker 2: Heart of Chornobyl' tus decisiones tienen mucho peso.
En definitiva, una gran secuela y un producto sólido. Un acierto de principio a fin que tendrá que seguir creciendo con el paso de los meses, pero cuyo éxito en ventas permitirá más riesgo y añadidos. Si estáis pensando en haceros con este título, zanjad todas vuestras dudas. Es un sí rotundo.