Salud mental

Ser perfeccionista no está ‘de moda’: claves para decir adiós a la presión por ser el mejor

Tratar de lograr ciertos objetivos puede ser frustrante algunas veces. Te damos algunas pautas para que ser perfeccionista no te haga ser infeliz

  • Ser perfeccionista no está ‘de moda’: claves para decir adiós a la presión por ser el mejor. -

Ser perfeccionista tiene su lado positivo pero también puede llevar a grandes frustraciones en algunos momentos. Con la llegada de cada año nuevo nos ponemos a pensar en qué queremos y qué no para los próximos meses y debemos elegir lo que queremos mantener y lo que queremos cambiar y convertirnos así en una mejor versión de nosotros mismos. 

A la hora de buscar pareja, un estudio de la aplicación de citas Bumble muestra cómo las generaciones más jóvenes están rechazando los propósitos de año nuevo y con ellos la constante auto-optimización y el ser perfecto a toda costa. Parece así que ser perfeccionista no está ‘de moda’.

La aplicación ha identificado una nueva tendencia, 'Betterment Burnout' o agotamiento por superación, que está haciendo que las personas, sobre todo entre la Generación Z y los Millennials, lidien con sus necesidades y prioricen la autoaceptación, el placer y la alegría por encima de la búsqueda constante de la perfección.

El estudio muestra que casi la mitad de las personas solteras en España (un 44 por ciento) se sienten presionados para mejorar constantemente y superarse a sí mismas, influenciados por las redes sociales, los podcasts de autoayuda y las opiniones de familiares y amigos. La Generación Z es la que más se siente juzgada, con más de uno de cada cuatro (un 27 por ciento) jóvenes sintiéndose cohibidos por sus hábitos financieros, su rutina de ejercicio o su progresión profesional (o la falta de ella).

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Ser perfeccionista está pasando a un segundo plano entre los jóvenes.Pixabay

Alicia Gonzalez, psicóloga experta en relaciones y colaboradora en Bumble nos explica que  “las personas solteras en España se sientan presionados a ser mejores, a ser más perfeccionistas, a salir de su zona de confort, etc. no es nada raro cuando estamos rodeados de mensajes sobre hacer un millón de cosas cada día, a ser emprendedores o a retirarnos en Bali siendo ricos viendo atardeceres".

Entre esto "y el FOMO (fear of missing out) que provocan las redes, vivimos anhelando un futuro que creemos que nos dará la felicidad y que quizá no está nada conectado con nuestra identidad, lo que nos lleva a sentir constantemente que no somos suficientes”, explica. 

Lo positivo de todo esto “es que a menudo ese reflejo que nos dice que no somos adecuados, lleva a enfadarnos y a revelarnos. Terminamos queriendo ser simplemente ‘yo’ mientras trabajamos la autoaceptación para ser buenas personas con una vida acorde con nuestras necesidades genuinas”, añade la experta.

No a ser siempre perfeccionista

En lo que llevamos de año parece que se está produciendo una rebelión contra la obsesión por la propia optimización y el bienestar, contra ser perfeccionista hasta el extremo, con la mitad de las personas (un 52 por ciento) apostando por lo que les hace sentir bien, como pedir postre cuando les apetece, salir entre semana y dormir sin alarmas en lugar de apostar por las últimas tendencias en bienestar. 

Este cambio de mentalidad en el que ser perfeccionista y buscar siempre el máximo de nosotros mismos queda en un segundo plano se está implementando en toda Europa, donde vemos que un número significativo de personas están liberándose de prácticas anticuadas. El rechazo a los propósitos es evidente: una de cada cinco personas entre la Gen Z y los Millennials los consideran obsoletos y deciden no fijarlos.

Como solución al malestar que genera el 'Betterment Burnout' las personas están optando por el hedonismo. Así, una de cada cuatro personas (25 por ciento) se está centrando activamente en esas acciones que les hacen sentir bien en lugar de la superación personal. El cambio es especialmente notable en el mundo del 'dating' donde vemos que una de cada tres personas solteras menores de 35 años (32 por ciento) prioriza el placer en su vida sentimental.

En lo que respecta a las citas, las solteras se rebelan contra la constante superación personal, con más de dos de cada tres mujeres (68 por ciento) tomando medidas activas para ser más felices con lo que son aquí y ahora. De hecho, hoy en día, el 40 por ciento de las mujeres de España sólo saldrán con personas que no intenten cambiarlas.

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Ser perfeccionista puede llevar a muchas frustraciones.Pixabay

Según Alicia González, “las mujeres hemos crecido intentando caber dentro de un molde en el que nunca cupo ningún ser feliz.  Es lógico pues que hayamos detectado que dos de cada tres mujeres se desprenda de las etiquetas, deje de tratar de gustarle a todo el mundo, y se mire con amor, con autoaceptación y compasión. Por fin estamos entendiendo que no se puede amar a alguien a medias y esperar a que esta cambie su otra mitad para poder amarla completamente”.

Di adiós a la presión 

Dejar de ser perfeccionista y mantenerse al margen de la presión que pueda haber en cada uno de nosotros para conseguir determinadas metas o logros en la vida no es algo que se haga de un día para otro y en muchas ocasiones requiere la ayuda de un profesional que nos dé las pautas para lograrlo y ser más felices. Pero aquí te damos algunos pequeños consejos para iniciar este camino hacia la felicidad:

-Acepta que nadie es perfecto. Reconoce que la perfección es una meta inalcanzable y que todos cometen errores. Aprende a aceptar tus imperfecciones, tus límites y las de los demás. Solo así podrás dejar de ser tan perfeccionista.

-Establece metas realistas. Define retos o metas alcanzables y realistas en lugar de aspirar a la perfección. Divide esas metas en tareas más pequeñas y manejables para evitar sentirte abrumado o frustrado si no las consigues.

-Celebra los logros, incluso los pequeños. Reconoce y celebra tus éxitos, por más pequeños que sean. Esto te ayudará a apreciar tu progreso y a cambiar tu enfoque hacia los aspectos positivos.

-Aprende a delegar. Si trabajas en equipo o tienes ayuda en algunas tareas, aprende a delegar en otras personas. No tienes que hacer todo tú mismo y está bien pedir ayuda cuando la necesitas.

-Enfrenta el miedo al fracaso. Comprende que el fracaso no es el fin del mundo. Es una oportunidad para aprender y mejorar. Acepta que los errores son parte del proceso de crecimiento.

-Establece límites de tiempo. En lugar de dedicar tiempo indefinido a una tarea para perfeccionarla, establece límites de tiempo realistas. Esto te ayudará a evitar la procrastinación y a aceptar que la tarea puede no ser perfecta, pero sí lo suficientemente buena.

-Aprende a decir "no". No aceptes todas las tareas o responsabilidades que se te presenten. Aprender a decir "no" te ayudará a concentrarte en lo que realmente importa y a evitar el agotamiento.

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